El sacrificio de los guardianes

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La decisión no fue tomada a la ligera. Amaru, Inti, Chaska, Kuntur y los demás Guardianes del Khipu se reunieron para discutir el mensaje de los Apus. Sabían que sellar los valles sagrados significaba un compromiso de por vida, una conexión permanente con la tierra y sus secretos. Aquellos que aceptaran esta responsabilidad no podrían volver a vivir como antes; estarían eternamente unidos al destino de los valles.

Amaru fue el primero en hablar.

—He dedicado mi vida a proteger el Khipu y a nuestras tierras. Si este es el sacrificio necesario para asegurar que el mal nunca más amenace a nuestro mundo, estoy dispuesto a hacerlo.

Inti, siempre sereno, lo secundó.

—Este es nuestro deber. No podemos abandonar lo que comenzamos. Los valles son la clave para mantener el equilibrio, y nosotros debemos ser sus guardianes finales.

Chaska y Kuntur, aunque sabían lo que implicaba, también aceptaron su destino. Sabían que, al hacerlo, se convertirían en leyendas, no solo como héroes que lucharon contra el Oscuro, sino como los protectores eternos de los valles sagrados.

En una ceremonia solemne, los Guardianes del Khipu realizaron el ritual final, sellando los valles sagrados con el poder de los Apus. En ese momento, cada uno de ellos sintió la conexión con la tierra y las montañas. Se convirtieron en uno con el mundo natural, y su vigilia eterna comenzó.

El Legado de los ApusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora