El puente del abismo

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El grupo continuó su ascenso por la montaña hasta llegar a un profundo abismo que separaba las dos cumbres más altas. Un puente de cuerda, viejo y deshilachado, colgaba sobre el vacío. Debía de haber sido construido por los antiguos, pero ahora parecía casi imposible de cruzar.

—No tenemos otra opción —dijo Amaru, mirando el puente con desconfianza—. Si el Khipu está más allá, debemos cruzar.

Kuntur se adelantó, tirando de las cuerdas para probar su resistencia.

—No parece seguro —dijo, frunciendo el ceño—. Pero no hay otro camino.

Nina, más ligera y ágil, fue la primera en comenzar a cruzar. El puente crujió bajo su peso, pero se mantuvo. Amaru y Kuntur la siguieron, con los ojos fijos en cada paso que daban.

Cuando estaban a mitad de camino, una sombra oscura apareció desde las nubes debajo de ellos. Un rugido gutural resonó en el abismo, y una figura gigantesca se elevó hacia el puente.

—¡Amaru, corre! —gritó Nina, viendo cómo la criatura se acercaba rápidamente.

Era una serpiente alada, un Amaru, un ser mitológico con alas de cóndor y el cuerpo de una serpiente. Sus ojos brillaban con una luz oscura, y sus fauces se abrieron en un grito ensordecedor.

Kuntur, con una rapidez increíble, lanzó su lanza hacia la criatura, hiriéndola en uno de sus costados. El Amaru rugió de dolor, pero no se detuvo.

—¡Corre, no podremos enfrentarlo aquí! —gritó Amaru mientras todos corrían hacia el otro extremo del puente.

Justo cuando llegaron al otro lado, la serpiente alada embistió el puente, rompiendo las cuerdas y dejando caer la estructura al vacío. El grupo quedó jadeante en la seguridad de la otra orilla, mientras el Amaru desaparecía en la tormenta de nubes.

—Estuvo cerca —dijo Kuntur, recuperando su lanza—. Esa criatura era solo un mensajero del Oscuro. Estaremos enfrentando más de ellos cuanto más avancemos.

Nina asintió.

—Estamos cerca, pero el camino se volverá más peligroso.

El Legado de los ApusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora