El Legado de los Apus

El llamado final

A pesar de sus dudas, los Guardianes comenzaron a planear su vida en las montañas, aislados de la humanidad pero en comunión con los Apus y la naturaleza. Sin embargo, una noche, Amaru tuvo un sueño inquietante. En su visión, una figura se le apareció entre las sombras. No era el Oscuro, ni tampoco uno de los antiguos espíritus.

Era Nina.

Su aparición no era la de una espectral figura del pasado, sino más bien como una guía, alguien que había cruzado entre los mundos para entregarle un mensaje.

—Amaru —susurró Nina—, el Khipu no está realmente sellado. Algo más profundo lo protege, pero el verdadero peligro no viene de los hombres, ni siquiera de las sombras. El verdadero poder reside en el corazón de la tierra misma, y ha despertado.

Amaru se despertó sobresaltado. Sabía que no era solo un sueño, sino un llamado. El Khipu no era solo un objeto de poder; estaba conectado a las fuerzas más profundas de la naturaleza. Y algo estaba mal.

Amaru convocó a los otros Guardianes y les contó su visión.

—Nina me advirtió que el verdadero peligro no ha terminado. El Khipu está vinculado a la tierra misma, y hay algo más que hemos pasado por alto.

Chaska lo miró con seriedad.

—Los Apus nos dieron su bendición. ¿Qué más podría estar ocurriendo?

—No lo sé —respondió Amaru—, pero si Nina me lo advirtió, debemos investigar.