El Legado de los Apus

El encuentro inesperado

A la mañana siguiente, el grupo dejó la cueva antes de que las sombras pudieran reorganizarse. Las luces que Kuntur había visto la noche anterior ya no estaban, pero su presencia los inquietaba. Mientras caminaban por un sendero estrecho entre los picos montañosos, el aire se hizo más pesado, como si algo invisible los estuviera observando desde lejos.

—Siento que no estamos solos —susurró Nina.

Kuntur asintió, con su lanza siempre lista. Su instinto de cazador le decía que algo o alguien los estaba siguiendo desde hacía horas. De repente, un sonido a su izquierda lo alertó. Sin dudarlo, levantó su lanza hacia la dirección del ruido.

—¡Muéstrate! —gritó Kuntur con firmeza.

De entre las rocas apareció una figura encapuchada. El grupo se preparó para atacar, pero la figura alzó las manos en señal de paz.

—No vengo a hacerles daño —dijo la voz grave del desconocido—. Soy un viajero, como ustedes.

Amaru intercambió una mirada con Kuntur antes de bajar su arma, pero no sin precaución.

—¿Quién eres? —preguntó Amaru—. ¿Por qué nos sigues?

El encapuchado bajó su capucha, revelando un rostro marcado por cicatrices y ojos llenos de sabiduría y cansancio. Era un hombre mayor, pero aún fuerte.

—Mi nombre es Inti, y he estado siguiendo su rastro porque sé lo que buscan. El Khipu —dijo con voz firme—. Y si realmente planean usarlo, necesitarán mi ayuda.

Amaru dio un paso adelante, cauteloso.

—¿Cómo sabes sobre el Khipu?

Inti sonrió ligeramente.

—Porque yo también lo busqué, hace muchos años. El Khipu es más poderoso de lo que creen, pero también más peligroso. Si no son cuidadosos, terminarán liberando al Oscuro en lugar de detenerlo.

El silencio cayó entre ellos mientras el peso de las palabras de Inti resonaba en la mente de Amaru y sus compañeros.