En las alturas donde los valles tocaban el cielo, Kuntur, el cazador, vigilaba desde una saliente rocosa, sus ojos enfocados en el vuelo de los cóndores sobre el abismo. Siempre había sentido una conexión especial con estas majestuosas aves. Los pobladores de su valle decían que Kuntur tenía un alma compartida con los cóndores, un don que le permitía cazar y sobrevivir en los lugares más inhóspitos.
Esa mañana, mientras cazaba, vio algo inusual. Un cóndor volaba en círculos erráticos, como si algo lo perturbara. Kuntur siguió al ave hasta un acantilado cercano, donde presenció algo imposible: una criatura alada, cubierta de llamas negras, volaba sobre las montañas, dejando un rastro de cenizas a su paso.
Kuntur bajó rápidamente al valle, con el corazón acelerado. Sabía que debía advertir a su pueblo, pero también sabía que esto no era algo que pudieran enfrentar solos. El tiempo del peligro había llegado.
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El Legado de los Apus
PertualanganEn un mundo antiguo donde los Apus (espíritus guardianes de las montañas) gobiernan los territorios de los Andes, una amenaza milenaria conocida como "El Oscuro" resurge desde las profundidades del inframundo, lanzando su sombra sobre las civilizaci...