El legado de los héroes

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Tras días de caminar, el grupo llegó a Qosqo, la capital del reino andino, donde los sobrevivientes comenzaban a organizarse. La ciudad había sido afectada por la guerra, pero su espíritu seguía fuerte. Los gobernantes y sabios se habían reunido para planificar la reconstrucción, y la llegada de Amaru, Inti y Kuntur fue recibida con gran reverencia.

En el centro de la ciudad, se erigió un monumento en honor a los caídos durante la guerra contra el Oscuro, pero especialmente en memoria de Nina. Su imagen fue tallada en piedra, representada con el Khipu en sus manos, como símbolo de su sacrificio.

Amaru, parado frente a la estatua, sintió una mezcla de orgullo y tristeza. Nunca había imaginado que su vida lo llevaría por este camino, pero ahora sabía que su misión no estaba completa. El Khipu seguía en sus manos, un recordatorio constante del poder que custodiaban.

Un consejo de ancianos se acercó al grupo.

—El mundo te debe mucho, Amaru —dijo uno de ellos, inclinando la cabeza en señal de respeto—. Pero sabemos que el poder del Khipu sigue siendo una gran responsabilidad. Debemos asegurarnos de que este artefacto no caiga en manos equivocadas nunca más.

Amaru asintió.

—Debemos devolver el Khipu a su lugar de descanso. No puede permanecer en este mundo, donde otros podrían buscar su poder.

Los ancianos concordaron. Se tomó la decisión de devolver el Khipu a un lugar sagrado, más allá del alcance de cualquier ser humano, para que su poder quedara protegido por los Apus y fuera olvidado por el mundo.

El Legado de los ApusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora