El regreso de la luz

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Después de superar el primer desafío, los Guardianes continuaron su travesía dentro de la montaña sagrada. El segundo desafío fue una prueba de sabiduría. Cada uno de ellos fue confrontado con una visión del futuro: un mundo donde los hombres usaban el poder del Khipu para dominar y destruirse entre sí. Las visiones eran desoladoras, pero también les mostraron que la luz aún podía prevalecer si actuaban con justicia y sacrificio.

El último desafío fue el más difícil de todos: debían sacrificar algo personal para sellar definitivamente el poder del Khipu y asegurar que nunca más cayera en manos equivocadas. Cada Guardián tuvo que renunciar a algo profundamente valioso. Para Amaru, fue la última conexión con su humanidad. Para Inti, fue su capacidad de guiar a otros. Y para Chaska, fue su vínculo directo con los Apus, que le había dado su sabiduría y poder.

Tras superar los desafíos, los Apus se materializaron una vez más y los declararon dignos. El poder del Khipu quedaría sellado para siempre, y el equilibrio del mundo andino se mantendría. Pero el precio había sido alto. Los Guardianes, aunque victoriosos, ya no eran los mismos.

El regreso a los valles sagrados fue silencioso. La rebelión de Achachi y los hombres ambiciosos había sido sofocada por la fuerza de los Apus, y el poder oscuro que había intentado despertar fue disipado. Sin embargo, la sombra de lo ocurrido quedaría en la memoria de todos. El sacrificio de los Guardianes aseguraba la paz, pero sabían que la vigilancia debía continuar, pues el mal, aunque derrotado, siempre encontraría una manera de regresar.

El Legado de los ApusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora