La luz después de la oscuridad

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El silencio reinaba en el Templo de los Apus. Amaru se quedó de rodillas junto al altar, su cuerpo exhausto y su mente abrumada por la pérdida de Nina. El Khipu seguía brillando, aunque con una luz tenue, como si también sintiera el peso del sacrificio que había sido hecho.

Inti y Kuntur, herido pero vivo, se acercaron a Amaru, apoyándolo mientras él intentaba ponerse de pie. Kuntur tenía una expresión de dolor en el rostro, no solo por las heridas físicas, sino también por la pérdida de su amiga.

—Lo logramos, pero a qué precio... —murmuró Kuntur, apretando los puños con rabia y tristeza.

Inti, siempre el más centrado, habló con una voz calma pero cargada de emoción.

—Nina eligió su destino, Amaru. Sabía que este era su papel en la historia del Khipu. No podemos permitir que su sacrificio haya sido en vano.

Amaru asintió lentamente, aunque el dolor en su pecho no desaparecía. Sabía que debía honrar la memoria de Nina, pero el vacío que sentía era profundo.

—Tenemos que regresar —dijo finalmente, con una voz cargada de determinación—. Debemos llevar el Khipu de vuelta a su lugar seguro, donde ningún otro ser maligno pueda intentar desatar su poder.

Kuntur, aún apoyándose en su lanza, asintió.

—Y debemos contarle al mundo lo que Nina ha hecho por ellos. Su historia debe ser recordada por todos.

Juntos, los tres héroes, ahora marcados por el sacrificio y la pérdida, se prepararon para abandonar el templo. Aunque el Oscuro había sido sellado, sabían que la reconstrucción del mundo andino apenas comenzaba, y que todavía habría desafíos por enfrentar.

El Legado de los ApusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora