| CAPÍTULO 32 |

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"La integrante faltante."
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| Narra Caroline |

Hubo un silencio en cuanto lo llamé, él no decía ni una palabra.

«¿Fue él?»

«No... Ya estoy pensando locuras...»

Él me miró de reojo momentáneamente antes de devolver la mirada a la carretera.

— Tú... ¿Puedes averigüar si es el Leander... Que conozco?

Se mantuvo en silencio por varios segundos más, no entendía por qué mierda no me respondía. «¿A que auto acabo de subirme? ¿Con que tipo de persona estoy ahora?» La simple suposición me estaba consumiendo.

Alex se orilló sin decirme. Se detuvo y tecleo unas cuantas veces en su teléfono.

— Estoy viendo unas fotos y si al parecer es él. — Responde bastante tranquilo. — No querrás verlas, pero te las mostraré si quieres.

— ¿Como sabes que no querré verlas?

— Son bastante gráficas.

Me lleve la mano a mi pecho. «Entonces... ¿Leander... Está muerto?» No sabía que era este sentimiento, no era alivio pero tampoco era tristeza.

«A fin de cuentas... Yo... Pase casi dos años y medio con él...»

Me lastimó, me hizo sentirme usada, me hizo sentirme como una maldita basura... Sin embargo... Me ayudó y los recuerdos desde que escuché su nombre parecen inundar mi mente.

Años atrás...

Estaba caminando por los alrededores de la Academia. Llevaba mi clásico uniforme escolar con una chaqueta de color grisácea que no era de mi talla, era mucho más grande.

Sin querer me tope frente a frente con Annalisa Costa. Aquella chica de 17 años, pelo negro azabache largo hasta la cintura ondas perfectamente hechas.

Un cuerpo de complexión media, tenía cintura... Muslos gruesos, senos grandes y su mirada desprendía seguridad total a diferencia de la mía.

«Por ella me cambio...»

Tú debes ser Caroline, la ex-novia de mi mejor amigo... ¿No?

Mi mandibula se tenso levemente. Mis brazos se cruzaron por simple inercia.

— Sí. ¿Y?

— Deja de escribirle niña... Por Dios, ya no tenemos doce años para estar persiguiendo a alguien que te dijo claramente que no te quiere.

Sus palabras eran realistas y directas, lo que me molestaba era con la intención que lo decía. No sabía si quería hacerme sentir mal, no sabía sus intenciones pero su mirada seria y analítica me mantenía a raya.

«Se parece a la mirada de Eleah...»

— ¿Qué ganas diciéndome esto? Sigue siendo mi problema lo que hago. Si él tiene un problema con que le escriba, que venga y me lo diga el mismo, según tu frase... "No tenemos doce años" Así que dile que no me envíe mensajeras. — Me di la vuelta para irme.

— ¿Por qué siempre huyes de los problemas cuando te dicen la verdad? Dejá de molestarlo, ya suficiente tuvo en el tiempo de su relación manteniendo tu autoestima de mierda.

Caroline | Only You |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora