♡ Capitulo 16 ♡

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Recostada en el pecho de Finnian, sentía su respiración tranquila bajo mi oreja. Estábamos agotados, no solo por el día, sino por la intimidad que habíamos compartido. El silencio entre nosotros no era incómodo, sino cálido, como si nos envolviera en una burbuja de paz. Cualquier preocupación parecía haber desaparecido... pero no del todo.

Lo miré en la penumbra de la habitación, sus rasgos serenos bajo la luz suave. Sabía que tenía que decir algo, que no podía dejar que este momento perfecto se arruinara más tarde.

—Perdóname —dije en un susurro, rompiendo el silencio.

Sentí cómo sus dedos se detuvieron un instante en mi cabello antes de que él me mirara, algo desconcertado.

—¿Por qué? —preguntó suavemente, su tono lleno de ternura.

Suspiré, sintiendo la incomodidad que llevaba guardada.

—Quería decirte... lo de la realeza —murmuré—. No era mi intención ocultártelo para siempre, solo quería esperar un poco más. Quizás darte alguna pista, algo que no lo hiciera tan repentino...

Finnian me observó en silencio, su mirada fija en la mía. Luego, para mi sorpresa, una sonrisa suave se dibujó en sus labios, y me besó en la frente, calmando la tormenta de emociones que llevaba dentro.

—No te preocupes por eso —dijo con esa voz tranquila que siempre lograba apaciguarme—. Te amo por lo que eres, no por tus títulos ni de dónde vienes. Esa discusión ya quedó atrás. Lo importante es lo que somos ahora, juntos.

Sus palabras me hicieron soltar un suspiro de alivio, y sentí como el nudo de culpa que me había estado apretando el pecho se deshacía. Volví a recostarme en su pecho, dejándome envolver por su calor, agradecida por la comprensión que siempre encontraba en él.

Cuando abrí los ojos esa mañana, me di cuenta de que no estaba abrazando a Finnian, sino a una almohada. Me tomó un momento procesarlo, pero cuando giré hacia su lado de la cama, vi una nota doblada sobre la otra almohada. La tomé entre mis dedos y la abrí, reconociendo su caligrafía.

"Perdóname, amor. Tuve que atender un asunto pendiente en el cuartel y no estoy seguro de si llegaré para la comida. Te amo, Finn."

Suspiré, sintiendo una leve tristeza al leer sus palabras. Aunque entendía que su trabajo era importante, no podía evitar sentirme un poco sola. Me quedé un momento mirando la nota, pensando en cuánto lo extrañaba ya, aunque sabía que volvería pronto.

De repente, la puerta se abrió suavemente, y una de las sirvientas entró en la habitación.

—Señora, el doctor ha venido a verla —me dijo con una sonrisa cortés.

Asentí y me incorporé un poco.

—Hazlo pasar, por favor.

Minutos después, el doctor entró, con su maletín en mano. Me saludó con una inclinación y se acercó para revisarme.

—¿Cómo se siente, señora? —preguntó, abriendo su maletín.

—He estado sintiéndome un poco mareada últimamente... —le confesé—. No estoy segura, pero he pensado que tal vez... podría estar embarazada.

El médico me observó con atención mientras me hacía algunas preguntas y me revisaba. Después de unos minutos, cerró su maletín y me miró con una expresión tranquila.

—No parece que esté embarazada, señora —dijo—. Quizás los mareos sean causados por alguna comida o la falta de ciertas vitaminas. Le recomendaría que descanse un poco más y que cuide su dieta.

El corazón de una Princesa ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora