♡ Capítulo 21 ♡

6 1 1
                                    

Finnian Ascot

Era domingo por la mañana, el sol apenas comenzaba a filtrarse por las cortinas, y como cada domingo, tendríamos que asistir a la misa. Sabía que era temprano, demasiado temprano, pero ese era el ritmo de nuestras vidas. Sin embargo, había algo tranquilizador en esos momentos antes de que el mundo comenzara a girar a su velocidad habitual.

Lissi seguía profundamente dormida a mi lado, completamente desparramada sobre la almohada. Su cabello estaba revuelto, una maraña oscura que cubría su rostro, y su respiración era lenta y tranquila. Siempre dormía de esa manera, con apenas una prenda en la parte inferior de su cuerpo, su piel cálida y suave contra las sábanas. Al igual que ella, yo tampoco llevaba mucho puesto; era nuestro hábito desde que compartíamos cama.

Me giré hacia ella, sonriendo ante la visión. Incluso en su desordenado estado, Lissi siempre tenía una belleza que me dejaba sin aliento. No importaba si estábamos en medio del bullicio de la corte o en la quietud de nuestra habitación, ella siempre era la persona más impresionante que había visto.

Me acerqué con cuidado, inclinándome sobre su cuerpo mientras dejaba suaves besos en su hombro desnudo. Mis dedos recorrieron su espalda lentamente, trazando líneas invisibles sobre su piel. Sabía que le gustaba cuando la despertaba así. Entre besos y caricias, deslicé mi mano por su costado, bajando con suavidad mientras mi boca buscaba el hueco entre su cuello y su hombro, depositando otro beso allí.

—Buenos días, amor —murmuré contra su piel, esperando que mis gestos y palabras la sacaran poco a poco del sueño.

Lissi se movió ligeramente, emitiendo un suave sonido, pero seguía con el rostro cubierto por su cabello. No pude evitar reírme en silencio. Aún no estaba lista para despertar, pero sabía que poco a poco lo haría.

—Amor, tienes que despertarte —murmuré suavemente, pasando mis dedos por su espalda y acercándome más a su cuello, dejando un beso justo debajo de su oreja.

Ella se movió un poco, pero no lo suficiente para abrir los ojos. Apenas levantó la cabeza de la almohada, su cabello todavía enredado cubriéndole la cara. Escuché un suave murmullo salir de sus labios, claramente negándose a la idea de despertar.

—Cinco minutos más... —susurró, su voz adormilada.

No pude evitar sonreír al verla acurrucarse más en las sábanas, haciéndose más pequeña, como si intentara esconderse de la realidad. Sus piernas se recogieron hacia su pecho, envolviéndose en las mantas como si eso la protegiera del tiempo que seguía avanzando.

—Lissi... —insistí, dejando otro beso en su hombro. —Vamos, que si no, vamos a llegar tarde.

Pero ella, todavía envuelta en el calor de la cama, solo se hundió más entre las sábanas, ignorándome con esa tranquilidad tan propia de ella.

Me levanté con cuidado, intentando no hacer mucho ruido, y me coloqué al pie de la cama. Sonreí al verla tan acurrucada, todavía resistiéndose a despertar. Sabía lo que tenía que hacer si quería que se levantara. Con un rápido movimiento, agarré las sábanas por la parte de los pies y las tiré hacia mí, dejándola expuesta al frío de la mañana.

—¡Finnian! —protestó, soltando un gemido mientras se daba la vuelta rápidamente, quedando boca abajo y cubriendo su cabeza con la almohada.

—Vamos, ya es hora —dije divertido, viendo cómo intentaba esconderse más.

Sin rendirme, la tomé suavemente por los pies y comencé a arrastrarla hacia mí, tirando de ella con cuidado pero sin darle tregua.

—¡No, no, no! —se quejó entre risas, aferrándose a la almohada mientras yo la acercaba lentamente hasta quedar a mi lado.

El corazón de una Princesa ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora