Finnian Ascot
Habían pasado casi un mes desde mi casamiento con Lissi, y no podía describir mi felicidad con palabras. No era solo felicidad; era algo más profundo, más enriquecedor. Nuestra relación había florecido en todos los sentidos. Habíamos compartido momentos íntimos en la cama, construyendo un vínculo que se fortalecía cada día más. Cada mañana, despertar a su lado era un recordatorio de lo afortunado que era.
La casa se había transformado en un hogar. Habíamos llenado cada rincón con muebles, sofás cómodos y decoraciones que hacían eco de nuestras personalidades. La pequeña biblioteca que habíamos soñado juntos estaba cobrando vida; poco a poco, los estantes se llenaban con libros que habíamos elegido juntos, cada uno contando una historia que esperábamos compartir. También habíamos contratado servidumbre para el aseo y la comida, lo que nos permitía disfrutar de nuestro tiempo juntos sin preocuparnos demasiado por las tareas del hogar.
Pero, a pesar de toda la alegría que nos rodeaba, había una sombra que se cernía sobre nosotros: yo tenía que regresar al cuartel. Mi compromiso con el servicio militar requería que estuviera allí al menos tres veces a la semana, en días alternos. La idea de dejarla me pesaba en el corazón.
Esa mañana, mientras me preparaba, sentí que Lissi se acercaba a mí. Su mirada reflejaba preocupación y tristeza.
—No quiero que te vayas —dijo, su voz temblando ligeramente.
—Lo sé, amor —le respondí, intentando mantenerme firme. —Pero prometo que te traeré algo bonito cada vez que regrese.
Su expresión se suavizó un poco, pero la tristeza aún permanecía en sus ojos. Nos acercamos y compartimos un beso que fue tanto un adiós como una promesa de que volvería. En ese momento, sentí que el tiempo se detenía; el mundo exterior desapareció y solo existíamos nosotros dos.
Finalmente, me alejé con reticencia, sabiendo que dejarla no sería fácil. Pero la vida debía continuar, y la promesa de nuestro amor me acompañaría en cada paso.
El viaje hacia el cuartel no era largo; quedaba relativamente cerca de la ciudad, lo que me permitía regresar a casa con frecuencia. Sin embargo, eso no hacía que el despedirme de Lissi fuera más fácil.
Al llegar, varios de mis amigos me dieron la bienvenida con bromas y risas. Como uno de los primeros en casarse de nuestro grupo, recibí comentarios burlones sobre mi nueva vida.
—¡Mira quién decidió ponerle un anillo a su dedo! —dijo uno de ellos, riendo.
—Espero que no te hayan cambiado demasiado, Finnian. —comentó otro con una sonrisa pícara.
A pesar de las bromas, me sentí aliviado al estar de regreso con ellos. La camaradería del cuartel siempre había sido una parte importante de mi vida, y ahora, con mi nueva vida con Lissi, sabía que podría encontrar el equilibrio entre ambas.
La jornada comenzó, pero en mi mente aún resonaban las palabras de despedida de Lissi. La promesa de regresar a su lado era lo que me impulsaba a seguir adelante.
Mi jefe, un coronel con el que siempre había tenido una buena relación, se acercó mientras revisaba algunos documentos en su escritorio.
—Finnian —dijo con una voz firme—, necesito que vayas al patio a entrenar a los nuevos. También hay algunos que no pasaron la prueba inicial y se quedaron atrás.
Asentí, sintiendo una mezcla de responsabilidad y entusiasmo. Sabía que era una oportunidad para compartir lo que había aprendido y ayudar a los que estaban empezando su camino.
Al llegar al patio, vi a los nuevos reclutas. Eran muy jóvenes, algunos incluso parecían más bajos de lo que recordaba haber sido a su edad. Sin embargo, sabía que, conforme crecieran, alcanzarían el estirón que les daría la fuerza y la confianza necesarias. Me sentí un poco nostálgico al recordar mis propios días como novato, lleno de inseguridades y sueños.
![](https://img.wattpad.com/cover/377408935-288-k383606.jpg)
ESTÁS LEYENDO
El corazón de una Princesa ✔
Fantasía"El corazón de una princesa" es una historia de valentía, amor y la búsqueda de la verdadera identidad en medio de las tensiones y complejidades de la vida real. Es el viaje de una mujer que, pese a haber nacido en la realeza, descubre que el verdad...