♡ Capítulo 12 ♡

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Los días pasaban rápidamente y la fecha de la boda se acercaba más y más. Cada tarde, mis hermanas y yo nos reuníamos para planificar cada detalle, riendo y disfrutando de la emoción que traía un evento tan importante. Decidimos que la ceremonia se realizaría en la iglesia del pueblo, un lugar encantador que siempre había sido un símbolo de esperanza y amor. Después, la fiesta se llevaría a cabo en el jardín de la mansión de mi abuela, un espacio amplio y hermoso que prometía ser el escenario perfecto para nuestra celebración.

Era esencial para mí incluir a mi futura suegra, así que consulté con ella sobre el plan. Quería asegurarme de que se sintiera parte del evento, porque sabía que la boda no solo sería mi día especial, sino también un momento significativo para nuestras familias.

Mientras estábamos sentadas en la mesa de la abuela, creando las invitaciones, su voz autoritaria guiaba nuestras decisiones. Ella tenía un ojo agudo para las relaciones y sabía perfectamente a quién debíamos invitar y a quién no. La puerta principal se abrió de repente, y nos sorprendió ver a nuestro abuelo, entrar en la sala. Siempre había sido un hombre que viajaba y se ausentaba por largos períodos, así que su llegada inesperada llenó el aire de emoción.

—¡Vaya! —exclamó, su rostro iluminándose con una sonrisa amplia—. No esperaba encontrar a mis tres nietas aquí. ¿Qué están haciendo? ¿Planeando una fiesta sin mí?

Nos acercamos a él con abrazos cálidos. Siempre había sido un hombre de espíritu libre, y su presencia era como un rayo de sol en un día nublado.

—Sí, abuelo, estamos planeando mi boda —le dije, sintiendo una mezcla de emoción y nerviosismo.

Él levantó una ceja, fingiendo estar sorprendido.

—¿Mi nieta favorita se casa? —dijo con un guiño, haciendo que mis hermanas rodaran los ojos con frustración—. No sabía que ya tenías planes.

Aunque él no tenía favorita, disfrutaba de hacer enojar a las otras, y ese juego siempre traía risas en nuestra familia. La atmósfera se llenó de alegría, y su llegada hizo que el día se sintiera aún más especial.

Continuamos hablando de los planes de la boda, y su entusiasmo por el evento era contagioso. Mientras compartíamos historias y sueños, sabía que este era solo el comienzo de una nueva etapa en mi vida, llena de amor, alegría y la promesa de un futuro brillante junto a Finnian.

—¿Pero qué hacen aquí todas? —preguntó mi abuelo con una ceja levantada, mirando alrededor como si algo no cuadrara—. Creí que estarían en el palacio, preparando una boda real o algo por el estilo. ¿Por qué no están allá?

Antes de que pudiera decir algo, mi abuela, interrumpió con su tono firme, como siempre lo hacía cuando creía que las cosas necesitaban ser aclaradas.

—Lo que colmó el vaso fue lo que su madre hizo —respondió, cruzando los brazos y lanzando una mirada reprobatoria al aire, como si mi madre estuviera presente—. Intentó casar a Lissi el mismo día de su cumpleaños, sin siquiera consultarle ni desearle un feliz cumpleaños. Y, como si eso no fuera suficiente, ¡con un hombre que podría haber sido su propio padre!

El rostro de mi abuelo se transformó en una mezcla de incredulidad y disgusto. Sabía que él no tenía mucha paciencia para los desatinos de mi madre.

—¿Es en serio? —preguntó, girando hacia mí, pero claramente ya conociendo la respuesta—. ¿Intentaron hacerte eso?

Asentí con una sonrisa amarga.

—Así es, abuelo. Fue todo bastante... inesperado, por decirlo de alguna manera.

—Inesperado, sí —refunfuñó mi abuela—. Más bien una completa falta de respeto. Y ni hablar del tipo que eligió. ¡Un hombre que bien podría ser tu padre!

El corazón de una Princesa ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora