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Estaba en mi cuarto, acostada viendo Gumball y Darwin en la tele, cuando me llegó un mensaje.

Salga.

Era de Richard. Miré la hora. Las 8 de la noche. Yo ya estaba en pijama, en modo descanso total, pero ni modo. Me puse mis chanclas y bajé, moviéndome en silencio para no toparme con mis papás, que estaban viendo alguna novela en la sala. Salí sin hacer ruido y vi el auto de Richard estacionado afuera. Me metí rápido, acomodándome en el asiento, y, como siempre, puse mis pies encima de los de él.

—¿Qué me trajo? —dije, estirando la mano, sin ni siquiera saludar.

Richard soltó una carcajada suave y me miró con esa sonrisa que siempre me desmontaba el plan.

—Venga, pero salúdeme primero, ¿no? —respondió él, inclinándose para darme un beso en la comisura de los labios.

—No, ¿qué me trajo? —repetí, insistente.

Él puso los ojos en blanco, divertido, y metió la mano en los asientos de atrás, sacando una chocolatina blanca grande. Apenas la vi, prácticamente se la arrebaté de las manos.

—Eso, así es que me tiene que tratar —le dije, empezando a comer el chocolate sin perder el tiempo.

Richard se rió mientras yo le daba un mordisco y nos pusimos a hablar de lo que había pasado con mis papás en la mañana. Él aún estaba un poco nervioso, pero yo no podía parar de reírme al recordar la cara que había puesto mi papá.

Justo en ese momento, un ping sonó en la pantalla del carro, llamando nuestra atención. Era un mensaje. Lo leímos juntos.

¿Si nos vamos a ver más tarde?

Levanté una ceja al ver el mensaje. Eran las 8 de la noche, así que ya me estaba imaginando qué tipo de "visita" nocturna planeaba.

—¿Y eso qué es? —pregunté, quitando los pies de encima de él y enderezándome en el asiento.

Richard miró la pantalla y luego me miró a mí, tragando saliva.

—Lo puedo explicar...

Lo quedé mirando con una cara de culo que podría derretir acero.

—¿Sí? ¿Qué me va a explicar? —repetí, cruzándome de brazos.

Richard suspiró, tratando de calmarme.

—Es que... es Vanesa. Ella es mi ex, y pues su mamá está enferma. Me pidió que fuera a hablar con ella esta noche porque se siente mal. —Se detuvo un segundo, pero siguió hablando al ver mi expresión—. Le dije que iría porque me pidió el favor, pero te lo juro que no iba a durar más de media hora allá. Y la verdad, le dije en la noche porque sabía que iba a venir a verte a vos, Max.

—Vea pues, me salió psicólogo —respondí, mirando la puerta del carro. Intenté abrirla, pero estaba cerrada.

—No me crea tan pendejo, mami, le estoy diciendo la verdad —me dijo, con un tono un poco desesperado.

Yo lo miré fijo y solté:

—Pues ya terminó la visita, buen pueda, váyasele. De una. —Le dije sin mirarlo a los ojos, con la mano en la puerta.

—Mami, no es lo que parece —insistió, tratando de poner una mano en mi brazo, pero yo me retiré bruscamente.

—No me diga así, Richard —le dije, con una mezcla de rabia y decepción. Respiré profundo y añadí—. Y no se preocupe que lo de nosotros solo es sexo casual, ¿cierto? Y ya acabó.

Abrí la puerta de golpe, bajándome del auto sin mirar atrás. Cerré la puerta más duro de lo que pensé, pero en ese momento no me importaba.

Al entrar a la casa, vi a mi papá asomado por la ventana, como siempre metido en todo.

—Le va a dañar el carro, muchacha —me dijo, con una sonrisa burlona en el rostro.

—Roberto, no sea metido —respondió mi mamá desde la cocina, con el ceño fruncido.

Reí por lo bajo, ignorando a los dos y subí a mi habitación. Me tiré en la cama, encendiendo la tele otra vez, pero ya no podía concentrarme en lo que estaba viendo. Estaba, frustrada, y ni el chocolate me estaba sabiendo tan bien como antes.

Me terminé el chocolate a la mitad, dejándolo sobre la mesa de noche, mientras mi cabeza daba vueltas. "Vanesa... la ex. ¡Por favor! ¿Quién le cree eso?" me repetía una y otra vez. Pero en el fondo, me sentía rara. Como si algo en toda esa historia no estuviera bien.

Agarré el celular y pensé en escribirle a Madison, pero luego lo dejé de lado. No quería sonar dramática. Ya mañana hablaría con ella y, seguramente, lo vería más claro. Pero por ahora, solo quería olvidarme de todo... o al menos intentarlo.

Así que saqué mi vaper 💪🏼

El niñito ese - Richard RiosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora