Bajando

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Música sugerida para el capítulo: "Michael Canitrot - Momentum".

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Atenta a que no hay posibilidades de encontrar una salida en el corto plazo, Jade se dispone a realizar un escaneo de cada uno de los cuartos y lugares dentro del hangar. La idea es ayudarse digitalmente, aunque también hará un "barrido" con la intención de encontrar la mayor cantidad de información. La comida ha comenzado a escasear y trata de racionarla lo mejor posible, pero no durará mucho más. Lo extraño es que no se escuche ningún tipo de actividad por fuera del hangar. ¿Habrán dejado de buscarla? ¿Habrán podido solucionar el desastre que significo la caída masiva del sistema? La realidad es que poco le importa lo que pueda haber sucedido allí afuera. Está más preocupada por lo que pueda haber pasado en Deadpunk.

Tras una intensiva búsqueda y un escaneo virtual y visual de gran parte del perímetro, Jade encuentra que el hangar está dotado de toda clase de tubos, desagües y caños que están a demás interconectados al suelo con otras dependencias. La mayor parte de los cuartos de nivelado y de trabajo mecánico de los desagües tienen un número de serie especifico. Las maquinas y artefactos dentro son muy rudimentarios y antiguos, pero Jade cree que podrían ser aún funcionales. Lo que de verdad la sorprende es cuando comienza a encontrarse con los manuales de funcionamiento de muchos de ellos.

Sería imposible, sobre todo por la vieja tecnología en la que fueron concebidos, investigarlos, leerlos y entenderlos en un corto plazo. Lo que sí es posible y Jade realiza tras varias horas de trabajo, es escanearlos para después hacer una reversión actualizada y traducida por el sistema digital. Toda esa información debe ser útil para entender lo que está pasando allí dentro. Se supone que todo ese sistema es el encargado de distribuir el oxigeno en ambas ciudades, pero no hay una sola muestra de que algo así esté sucediendo. ¿De dónde sale el oxigeno?

Tras otras largas horas, finalmente logra entenderse con la increíble maraña de caños y de desagües que tiene la dependencia. La mayoría de ellos tienen un numero de serie impreso en el metal, por lo que es posible buscar en la base de datos que ha creado con los textos escaneados a que línea pertenecen. No es posible, aún así, saber la distribución correcta de cada uno sin estudiar a fondo los textos, pero hay algo que le llama poderosamente la atención. Mientras está buscando una forma segura de descender, se encuentra con que los números de serie de varios de los caños conectan, supuestamente, con otros Hangares. Los nombres se van multiplicando: Hangar 28, Hangar 31, Hangar 42, Hangar 50, Hangar 64 y la lista sigue.

La realidad es que en el vasto mundo en el que ellos viven la única ciudad conocida por la población es Utopía. Toda la propaganda hecha alrededor de vivir en la mejor ciudad del mundo no es más que una manipulación de la información con vistas a que los pobladores no decidan o elijan vivir en otro lugar. Para Jade esto significa que, sencillamente, no existe otro lugar. Con Zircón tuvieron la posibilidad de recabar información al respecto y buscar en distintas redes no pudiendo encontrar ningún tipo de datos al respecto. Utopía es y siempre ha sido la única ciudad habitada de todo el mundo; eso siempre y cuando se entienda a Utopía y Deadpunk como parte de un todo. Qué sucedió con el resto del mundo es imposible de averiguar, pero si hay caños que conectan con otros supuestos Hangares la respuesta podría estar allí.

La cantidad de información a analizar es infinita. Algo que le llevaría a la base de datos computarizada varios días o semanas enteras en analizar y decodificar. Jade no tiene tanto tiempo, por lo que prefiere dejar ahora esa información para otro momento. Los días se van sucediendo, hasta que ya no le queda comida a Jade para pasar el día. Muchas horas pasa sin comer y sin tomar ningún tipo de líquido. El lugar está completamente desolado y vacío, pero la investigación ha arrojado sus frutos. Finalmente parece haber encontrado un espacio en el que descender a Deadpunk. El complejo sistema de conexiones del Hangar ha sido el culpable de la cantidad de tiempo que ha perdido, pero no es solo eso. La oficina, o cuarto dedicado a la conexión interciudad es uno solo. Uno.

Al principio la cosa es bastante confusa. Si hay algún tipo de importancia entre la relación de ambas ciudades no debería ser una simple conexión. La oficina, repleta de información y textos que Jade se encarga de escanear, parece ser más un vertedero que una conexión. Es decir que, a juzgar por lo que ve y alcanza a leer, Deadpunk no es más que un basurero, o lo fue alguna vez para el hangar. ¿Habrá sido un espacio dedicado a tirar tecnología inservible? ¿Habrán sido vertederos de personas también? Las respuestas a esas preguntas deberían estar, de nuevo, en los textos, pero no es algo que pueda hacer en ese momento. La prioridad es bajar.

La única opción viable parece ser un caño que parece estar en buen estado y en el que podría caber fácilmente una nave pequeña. Según los textos, este caño debería dejarla a las afueras de Deadpunk, algo que en los escritos se denomina "conurbano". Jade pasa todo el día intentando descuartizar algunos elementos metálicos y tapas de armarios con la intención de armar una cúpula o algo que la proteja en el descenso. La idea es escapar lo mejor posible a la fricción. El cansancio es intenso y el hambre igual, pero no hay posibilidad de hacer otra cosa. Un viejo y escueto armario, tapizado en fibra de vidrio y con tapas de maderas atadas con cables es finalmente la nave elegida. Debería ser suficientemente liviana para bajar rápido y seguro, aunque lo que está por realizar es nada más y nada menos que un salto de fe.

Lo que más trabajo le lleva, aunque intentó que sea lo más liviano posible, es llevar ese armario hasta el ingreso del tubo. Después tuvo que meterse adentro y utilizando una vara metálica como palanca, deslizarse. Cuando el armario comienza a caer Jade se sorprende de que la velocidad no sea tanta, pero por otra parte es una seguridad para ella. Mientras el armario cae de forma recta y a velocidad estable, la mujer de pelo verde se encarga de ingresar los códigos necesarios y los parámetros de escala de su artefacto de oxigeno. Por primera vez lo pondrá en línea. Está completamente lleno y a juzgar por lo que ha leído e investigado, debería darle algunos días antes de tener que rellenarlo de nuevo. Abajo estará completamente sola, incomunicada y lo que es peor, a la suerte del destino.

Durante varias horas cae el artefacto en el que está encerrada Jade. El sonido metálico del armario cayendo y la velocidad son como sedantes naturales, por lo que la mujer no tarda en quedarse dormida. De pronto, abre los ojos y parece estar ya en Deadpunk. Se ve a ella misma caminando entre la basura putrefacta y las gentes pidiendo en las calles. Su barra de oxigeno comienza a titilar en rojo y cae desplomada al suelo, quedándose sin el preciado oro virtual. La sensación de quedarse sin oxigeno no es parecida a ningún dolor o pena que haya padecido e irónicamente, es como haber sufrido todo eso dos veces. A lo lejos alcanza a ver a sus amigos. Todos están allí. Conrado, Catusalém y Nira.

Se están alejando. Ella les grita pero de su boca no sale sonido alguno. Ellos no pueden escucharla y no pueden hacer nada por ella. El oxigeno se acaba. Al menos pudo verlos una vez, una sola vez en la vida real. Lo que más hubiera deseado es abrazar a cada uno y decirles cuanto los quería. Al menos estarán bien. Jade no es necesaria...

De pronto, un fuerte golpe hace que la mujer de pelo verde se despierte, transpirada y extasiada. ¿Ha llegado?

NIRA en DeadpunkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora