Despertando al muerto

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Música sugerida para el capítulo: "Christian Fischer - 1986".

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—Voy a ayudar en todo lo que pueda. —Contesta Jade. —Pero necesitare saber algunas cosas sobre estos artefactos.

—Lamentablemente, el que sabía más sobre esto era Zimra y no yo, aunque...

Enoc se queda mirando los paneles, con cierta confusión. Hace fuerza para poder recordar e intenta agarrar en su mente esos recuerdos que se le escapan. Camina lentamente hasta las maquinas y las observa. Está claro que hace muchísimo tiempo no está allí, pero también que tiene cierto conocimiento de lo que está viendo. Jade, por su parte, está algo intranquila. No sabe bien que significó ese ataque, ni tampoco que es lo que Enoc espera que ella logre. Mientras espera, golpea con suavidad sus auriculares e ingresa en su mundo digital. La carpeta con las imágenes escaneadas de los planos siguen ahí. Rápidamente, lo mejor que le permite su procesador robótico estándar, comienza a pasar las hojas, esperando encontrar alguna maquina o modulo parecido. Las imágenes son cientos de miles, el trabajo parece infinito.

—Esta máquina, —Dice Enoc, señalando algo que parece en realidad un montón de chatarra, —es el procesador grafico del holograma. Por lo que nos dijo Sara, era un artefacto algo antiguo, que ya no tenía mucha utilidad en el mundo de donde ella venía, pero que por esa razón...

—Podía resultar muy útil. —Termina Jade, sonriendo.

Enoc se queda mirándola, mientras sonríe. Jade le devuelve la sonrisa. Es real que los hologramas son algo muy antiguo, pero ese es justamente su punto fuerte.

—Necesita energía para funcionar. Esta máquina de aquí, —dice después, señalando otro cubo de metal ennegrecido, como si estuviera quemado, —es la batería. Es lo que se rompió, o se quemó. Según Sara, la energía suficiente para ponerlo en marcha era muy poca. Ella tenía un artefacto capaz de hacerlo funcionar. Una vez activo ya la maquina podía retroalimentarse sola. El problema está aquí. No tenemos con que alimentar el procesador.

—Entonces habrá que ponerse a trabajar. —Responde Jade.

—Si no te molesta, —dice Enoc, —quisiera volver a la aldea para ver en que puedo ayudar. Después de un ataque de Cromags solemos quedar muy desprotegidos y suelen atacar de nuevo para aprovechar esa brecha. Tenemos que rearmar lo antes posible las pocas defensas de las que disponemos.

—No hay problema. —Contesta Jade. —Me quedaré aquí trabajando.

Enoc se acerca y la agarra de las manos, mirándola a los ojos con una ternura que su rostro no puede mostrar, pero que sus ojos destellan con un brillo particular.

—Gracias. —Le dice, en una palabra que parece estar cargada de muchas más emociones de las que puede expresar o decir.

Cuando Enoc se va, Jade pone manos a la obra. Lo primero que hace es abrir la vieja batería que, efectivamente, está quemada. Muchos de los circuitos principales están cortados y varios de los transistores no tienen potencia. Una quemadura de esas proporciones tiene que haber sucedido por una sobrecarga, pero no es posible en un aparato tan rudimentario. Jade se pone entonces a investigar las distintas conexiones que van desde la batería hasta el procesador y viceversa. Es una increíble maraña de cables. Un laberinto.

—Creo que no veía esto desde que estaba en primer grado... —Murmura.

Uno a uno va cerciorándose de que los cables tengan conexión. De su bolso saca algunas herramientas eléctricas y se fija también que la potencia sea la necesaria. Como hay transistores quemados hay que reubicar algunos de ellos para que los circuitos reciban el voltaje necesario, pero hay que hacerlo con mucho cuidado. Los circuitos necesitan voltaje y si se sacan transistores de un lado, la energía faltante tiene que ser compensada realizando distintos puentes. La tarde va cayendo y Jade lo sabe porque el pantano es un lugar frio de noche. Para cuando los grados han bajado lo suficiente como para ser molesto, gran parte de los circuitos han sido reparados y compensados. Por el hueco ingresa Enoc.

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