Poniéndose al día

49 3 0
                                    

Música sugerida para el capítulo: "Ann Clue - Ethereal".

---------------------------------------------------------------------

—Entonces Nira. ¿Qué fue lo que sucedió? —Pregunta Conrado con curiosidad, mientras le acerca unos bocadillos y agua a la líder.

—Supongo que tendré que contarte todo desde el principio. —Contesta ella. —Después de todo, ya me has contado tu parte de la historia y déjame decirte que estoy profundamente orgullosa por lo que has hecho. No tenía conocimiento de la casa exilĭum y, aunque siento que te conozco desde hace mil años, eres un pequeño ser lleno de sorpresas. Tienes más valentía de lo que cualquiera de nosotros podría soñar.

Mientras escucha, Conrado va por unas mantas hectoplasmaticas y se las coloca sobre el brazo quebrado. Nira mira sorprendida a su alrededor, analizando todo el espacio. Parece increíble que el lugar en el que están haya servido como base de disidentes de las familias del conurbano. Aun sobre las mesas están los artefactos y modulares preparados la última vez. En una esquina reposan las armas que no llegaron a usar, los objetos metálicos y eléctricos que no cupieron en las mochilas y los catres... los solitarios y vacíos catres. Para Conrado mirar aquello es evocar la tristeza y la ausencia de aquellos seres que fueron sus amigos durante los días previos al intento de rescate. Para él fue eso, tan solo un intento. No se puede hablar de éxito cuando se perdieron tantas vidas. Para Nira, sin embargo, estar allí es como un nuevo comienzo, una nueva oportunidad de reorganizarse. La esperanza de que aún se pueda ganar...

—Creo que deberíamos buscar un nuevo nombre. —Murmura ella.

—¿Y eso? —Contesta Conrado, divertido.

—Exilĭum significa "exiliados" y soy consciente de que quienes dieron su vida ayer para salvarnos merecen ser recordados por siempre. Pero, ¿no te parece que habría que buscar un nuevo nombre? ¿Algo que nos una? Algo que represente a todas las personas y seres que queremos terminar de una vez con esto. Hay que lograr una unión. Esas nubes de afuera Cocón, son porque algo se acerca, algo grande. Todo lo que conocemos como tal está por cambiar.

—Podría ser... —Duda el pequeño.

Nira sigue mirando las paredes y envuelve en su brazo la manta. Conrado la ayuda para que pueda doblarse con cuidado y sin lastimarla. En algunas horas la manta comenzara a mostrar los efectos de curación intracelular. Este tipo de elementos mitad tela mitad organismos bicelulares pueden acelerar la curación y cicatrización. Lo que no hacen es alimentar al cuerpo, por lo que Nira toma unos bocadillos y los devora con especial fruición. Para Conrado aquella pobre mujer hace semanas que no come. La realidad es que esta en lo cierto.

—Ahora estamos bien. —Dice ella. —De hecho, para mí, volver a estar en Deadpunk y estar contigo es algo que siento no experimentar desde hace muchísimo tiempo. ¿Sabes pequeño? Estar allí dentro —comenta, refiriéndose a la fortaleza de Thania— es como si el tiempo se detuviera, o peor, como si las horas y los días comenzaran a pasar a la velocidad de la luz, sin que pudieras alcanzarlos. Para cuando caes en la cuenta, han pasado mil años y todo lo que creías tener o ser, ha quedado perdido en el pasado.

Los ojos de Nira se ensombrecen. Se encuentra increíblemente pálida, con la cara huesuda, como si alguien le hubiese absorbido los músculos. Tiene además marcadas ojeras y rastros de golpes y raspones por todo el cuerpo. Las pupilas se le empañan y Conrado ve que el plato ha quedado vacío, por lo que va por más bocadillos.

—Si quieres, podemos hablarlo otro día. —Suelta él, preocupado por el estado de su amiga.

—No, está bien. —Contesta ella. —Creo que me hará bien contarte. Después de todo, tú te pusiste al día conmigo y tenemos mucho trabajo que hacer. Así que mejor terminar con el relato cuanto antes. ¿Te comenté que con Catusalém casi logramos escaparnos solos de la fortaleza? Bueno, creo que no debería adelantarme...

Antes de continuar hablando, Nira agarra un manojo de bocadillos y los come de una sola vez, como si necesitara energía para todo lo que está por relatar. Después se toma el vaso de agua al completo y retira algunos de los vendajes que han quedado dispersos por algunas partes de su otro brazo y de su pierna. Debajo de la muñeca izquierda, el modulo circular que contiene el depósito de oxigeno comienza a mutar su color y ponerse ligeramente anaranjado. En esos días tendrán que encontrar la forma de vender o adquirir objetos para la venta. No hay otra manera de recargar el depósito.

—Lo último que recuerdo es a esa maldita perra sosteniéndome del brazo. No tenía idea de que iba a hacer conmigo, de cuáles eran sus intenciones, pero le había dado con todas mis fuerzas. Había luchado con todo mi poder y con toda mi estrategia y ni si quiera la había lastimado ni un poco. Creo que esa noche me gano la ceguedad, el odio, la violencia. Descubrí que no hay poder en el enojo ni en la ira. No son buenos aliados, al menos de mi. Además, creo que ella me dejo pelear porque, en su cinismo, quería divertirse un poco, usarme de carnada. Estoy segura de que podría haberme acabado de un solo golpe desde el principio. Si ella lo hubiera querido.

—Mientras me sostenía del brazo y yo no tenía idea de que era lo que estaba por hacer, vi como una sombra anaranjada se abalanzó contra nosotros a toda velocidad. Yo tenía el rostro cubierto de sangre, además estaba agotada, golpeada y casi inconsciente. Creí en ese momento haber reconocido a Cat, pero en realidad no estoy segura de si realmente lo vi a él o fue él mismo el que me lo dijo después. La cuestión es que vi esa sombra naranja y por un segundo creí que podíamos estar salvados, que teníamos una posibilidad. Un "Deus ex machina". Por supuesto que eso no pasó, pequeño. La maldita gigante levanto su brazo y juro que no la vi hacer ningún esfuerzo al golpearlo. Al instante aquella sombra salió despedida unos metros. Dios, que terrible demostración de fuerza y de técnica.

—Después volvió a agarrarme y me levanto como si yo no fuera más que una pequeña pluma. De un solo golpe me quebró el brazo en dos partes. Yo lo escuché Cocón, para mí fue como si un palillo se partiera en dos...

—Eso debe haber dolido Nira... —Dice Conrado, mientras arquea las cejas.

—No te imaginas cuanto. Aunque en ese momento especifico yo casi ni lo sentí. Me quedé inconsciente al instante. No solo porque el golpe había sido durísimo y porque mi cuerpo no daba más, sino porque también esa mujer destruyó por completo el modular de mi mundo digital. El sistema virtual activó al instante la red de apoyo contra errores críticos y para mí, el mundo se apagó. Lo único que recuerdo después es que sentía como si estuviera navegando, como si alguien o algo me estuviera acunando. Nos movíamos, sin duda, pero no sabía desde donde ni tampoco cual era el destino que perseguíamos. En mi cabeza aparecían distintas imágenes. Los veía a ti, a Catusalém, a Jade. Después intentaba alcanzarlos, pero se me escapaban de las manos...

—Escuché cuando llegamos. Por alguna razón, yo todavía no podía ver, no podía moverme, ni tampoco sentir. Escuchaba, eso sí, pero no era capaz de decodificar el lenguaje de quienes me rodeaban ni tampoco qué decían. Hablaban pausados, con mucha quietud y en sus tonalidades de voz se encontraba escondida una gran preocupación. Poco a poco la luz fue apareciendo y me encontré envuelta en unas colchas, dentro de una celda. Las cosas que pasaron después Cocón, son difíciles de explicar, pero estoy segura de que tú sabrás entenderme. Lo que vivimos allí dentro con Cat es complejo, pero no solo eso. Hay una posibilidad, nuevamente, de encontrar a mi madre, lo sé, porque Thania también está detrás de ella. Eso solo puede significar una cosa...

—¿Tu mamá está viva?

NIRA en DeadpunkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora