Recaída

133 5 0
                                    

Música sugerida para el capitulo: "Vessel - Jon Hopkins".

-----------------------------------------------------------------------------------

—¡Nira! ¡Nira! ¿Estás bien?

Alrededor de la mujer desplomada en el suelo, se amontonan distintos seres. La mayoría no está completamente seguro de qué pasó. Lo único seguro es que ella recibió un golpe, tan fuerte que salió despedida unos metros. Tiene el rostro completamente ensangrentado. El tabique roto. Le cuesta respirar y ha estado inconsciente unos minutos. Nira despierta y lo primero que hace es escupir sangre. Después se mira las manos y las ve teñidas de rojo. Le tiembla el pulso. Le duele poderosamente la cabeza por la caída. La música ha parado y los seres se han ido amontonando en grupos, dependiendo de si les importa o no lo sucedido. Una gran parte del club sigue su vida como si nada. Al levantar la vista, Nira ve que Catusalém esta tratando de ayudarla a incorporarse. 

—¿Estás bien amiga? —Susurra él. Está confundido. No ha visto lo sucedido.

—Pfff... Mejor que nunca. —Contesta Nira, sarcásticamente. —Ha sido un buen golpe. ¡Maldición! De verdad que ha sido un muy buen golpe. ¿A donde está esa maldita? —Continúa, mientras hace un gran esfuerzo por levantarse y frunce el ceño.

Catusalém, que no entiende demasiado que esta pasando ni a que se refiere, la ayuda a incorporarse y la sienta en una silla que hay cerca. Rápidamente se encarga de hacer un escaneo biocorporal y analizar la perdida de sangre, de oxigeno y los signos vitales. Todo parece estar bien, pero un rápido shock medico no le vendría nada mal. El gato hace lo propio y salta ágilmente hasta otro sector del club, para volver de forma casi automática con un pequeño artefacto redondo y negro, un catalizador medico. Le hace unas señas a sus compañeros djs y deja en claro que todo está en orden. Los demás músicos vuelven a tocar y la gente poco a poco regresa a la pista. Un dron se ha encargado de limpiar la sangre. Catusalém comienza la catalización.

—¿Un golpe? Más bien parece como si te hubiera pasado una manada de Dutrios encima amiga.

—¿Dutrios? ¿Sigues viendo esos documentales Cat? ¡Auch! Cuidado con eso. —Gruñe Nira.

—Lo lamento, te va a doler y te va a arder, pero tengo que estabilizar ese tabique.

El artefacto redondo y negro va rodando dentro de la mano de Catusalém mientras el lo mueve alrededor del rostro de Nira. A medida que van apareciendo luces de varios colores, comienza a lanzar pequeños rayos gamma calientes para que todas las heridas cierren. Al mismo tiempo, expulsa en forma de micro ondas los químicos necesarios para una esterilización y desinfección mínima, para inutilizar cualquier carga microbiana. Las quejas de Nira siguen apareciendo, pero no es realmente el dolor lo que le preocupa. En sus ojos subsiste otra cosa, una pregunta, una duda.

—¿Quién te hizo esto? —Pregunta el gato.

—No lo se Cat. Pero alguien tiene que haberla visto. No era muy difícil de identificar —Responde ella.

—Nadie la ha visto Nira. No hay ningún ser que haya dado información sobre ella.

Nira sabe que en casos como ese es probable que la gente no quiera meterse en problemas. Es muy común que "nadie haya visto nada", pero, igualmente, le genera una profunda impotencia.

—¡Es imposible! Era una mujer alta, muy fornida. Al menos treinta centímetros mas alta que yo, tenía el pelo de color rojo, un rojo muy intenso...

—Vienen muchas personas así aquí amiga. —Dice el gato, algo decepcionado, mientras va terminando de usar el catalizador.

—...pero eso no es todo. —Continúa Nira. —Sus ojos eran celestes, como el océano mismo y estaba enojada. Más bien, tenía muchísima ira contenida y la tenía contra mí. Estoy segura de que tenía algo conmigo. Pero no la he visto nunca.

—¿No tienes algún registro visual? ¿Tenías tu visor prendido? —Le pregunta él.

—No amigo. Tomé mucho esta noche. Cualquier elemento digital o virtual en mí ha estado fallando la ultima hora. 

Catusalém la mira con su típica media sonrisa de amigo preocupado. Por alguna razón que Nira no entiende, omite el detalle de que aquella mujer llevaba la marca que los ha estado persiguiendo desde hace un tiempo. Nadie más en ese lugar la lleva, o al menos Nira no lo ha visto. Parece ser algo muy personal, como si fuera su propia marca. La marca de esa mujer.

—No soy tu padre Nira. Pero creo que has tenido suficiente por hoy. Yo tengo que volver a trabajar. Lamento que la fiesta no haya sido mejor para ti.

—No tienes que preocuparte Cat. Me lo he pasado muy bien. Al menos hasta que a alguien se le ha ocurrido romperme la cara. —Dice Nira riéndose. Aunque es una risa un poco nerviosa, es suficiente para que Catusalém se contagie de ella. —Creo que voy a casa. —Finaliza.

—No te preocupes. Investigaremos. Todos tenemos enemigos. A muchos los conocemos y a otros... bueno. A otros nos falta conocerlos aun. Cuídate y que Jade este atenta a cualquier cosa. Yo les comentare a algunos amigos por si ven a esa mujer o por si llega a acercarse de nuevo por aquí.

—¡Meow! —Le contesta Nira, colocándose la mano estirada sobre la frente.

Mientras el gato vuelve a su posición, ella sale del lugar. Adentro aun continúa la fiesta, la música, los tragos. Afuera es todo bastante distinto. La desolación, el silencio y el humo se van cerniendo sobre Deadpunk. Apoderándose de todo. De a poco se van escondiendo las ultimas luces del sol agonizante y los pocos seres que habitan esas callejuelas comienzan a desaparecer. En unas horas comenzara el toque de queda y pareciera que cualquier lugar queda lejos de aquel tejado, repleto de seres disfrutando de la música y los excesos. Nira ajusta sus auriculares, con un rápido pestañeo pone algo de música y comienza la danza a través de los techos...

-Intentando establecer conexión con Nira-

Se ha hecho tarde. La figura, que debería haber llegado a su casa en pocos minutos, aun anda deambulando por los edificios. Su sombra se vuelve transparente entre medio de las ventanas coloreadas de amarillo. De un momento a otro y después de saltar por varios techos y deslizarse por muchas cornisas, Nira se queda quieta. Ha estado analizando dentro de sí dos posibilidades. Una es entablar conexión con Jade y contarle lo sucedido, volver a casa. La otra es quitarse de encima la increíble necesidad de adrenalina y estasis que le ha dejado lo sucedido. Si esa mujer se hubiera quedado, si se hubieran medido de tú a tú quizás hubiera sido distinto. A Nira le hubiera encantado pelear. La impotencia por no poder hacer nada es mucho mayor que cualquier otra cosa. El otro camino es descender. Mucho, más allá de las calles conocidas por sus otros compañeros.

-No es posible conectarse en este momento-

—¡Maldición Nira! —Dice ofuscada, a cientos de kilómetros, Jade.

Unos cien pisos abajo. Después de haber atravesado infinitos aleros y pasado por calles mas oscuras que el negro mismo, Nira llega hasta una antigua y muy derruida casa de faroles violáceos. Unos segundos después sale de allí, con una botella de liquido violeta burbujeante dentro. "Esta vez será distinto, esta vez podre controlarme". —Dice para sí misma, aunque no esta completamente segura de poder cumplir con esa promesa. La nariz aún le duele, el gusto a sangre sigue sintiéndose fuerte, como hierro, en el fondo de su boca. En su memoria subsisten esos ojos celestes llenos de furia y odio. No recuerda que nadie, jamás, la haya mirado de esa forma. Una de las ultimas frases de Catusalém flota curiosamente en el aire: "Todos tenemos enemigos. A muchos los conocemos y a otros... bueno. A otros nos falta conocerlos aun." ¿Quién es este nuevo enemigo?

-Accediendo a sistemas biométricos y dispositivos virtuales de salud de Nira-

Unas horas después, ansiosa porque su amiga no ha contestado y porque no tiene noticias de ella, Jade accede al sistema vital de Nira. Parece que no hay de que preocuparse. Al menos esa noche, todo parece marchar bien. Pero no durara para siempre y eso es en verdad lo que le preocupa...


NIRA en DeadpunkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora