Capítulo 15 : Los Santos

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Al llegar a casa, el familiar olor a madera y a recuerdos me envolvió en un abrazo nostálgico. Mientras desempacaba, cada objeto traía consigo una historia: el viejo álbum de fotos, donde mis padres sonreían en la playa, las cartas de mis compañeros que había guardado con cariño, y el libro que Jossie me había regalado para mi cumpleaños. Al sacar cada cosa de las maletas, me sentí atrapada entre el pasado y el futuro, como si cada recuerdo me susurrara que estaba dejando atrás una parte importante de mi vida.

Pasaron unos días de descanso, días en los que me permití sentir la calma después del torbellino emocional de la graduación y la mudanza. Pero pronto, las cartas comenzaron a llegar, y esta vez las recibí sola. Cada sobre era una ventana a oportunidades, pero en medio de la rutina de mi hogar, me sentía un poco vacía.

Durante esos días, estuve en contacto constante con Jossie. Su entusiasmo era contagioso mientras me contaba sobre su nuevo empleo en un hospital de Atlanta. Describía cada detalle con una chispa en la voz que hacía que, a pesar de la distancia, pudiera imaginar la energía de su nuevo entorno. "Hannah, tienes que ver la ciudad, es increíble!", decía. Sus padres habían llegado para ayudarla a instalarse y recorrer la ciudad, y ella compartía fotos de sus paseos por los parques, de las comidas en restaurantes bulliciosos y de las nuevas amistades que estaba formando.

Mientras leía sus mensajes, una parte de mí deseaba estar allí, experimentar todo lo que ella estaba viviendo. Jossie me decía que debía dejar atrás las sombras del pasado y seguir adelante, recordándome que este era el momento de construir mi propio camino. Aun así, el eco de su ausencia en mi propia vida se hacía sentir con cada carta que leía. Las oportunidades que llegaban a mi buzón eran emocionantes, pero sentía que algo faltaba, que ese nuevo capítulo en mi vida carecía de la compañía y el apoyo que tanto había valorado en mi tiempo en el campus.

Un día, mientras desayunaba y leía las cartas que llegaron esa mañana, una en particular llamó especialmente mi atención. Observé el distintivo logo rojo en la esquina del sobre mientras leía el nombre de la ciudad: Los Santos. Era un lugar apartado de cualquier otro, pequeño y necesitado de doctores. Mis dedos recorrieron el borde del papel, sintiendo la textura del sobre, y en ese instante, un dolor punzante atravesó mi cabeza, como si fuera una señal—agresiva, pero a la vez asertiva.

El mensaje que contenía la carta era claro y directo: estaban buscando médicos dispuestos a mudarse y trabajar en la comunidad, ofreciendo una oportunidad de hacer una diferencia real en un lugar que carecía de atención médica adecuada. A medida que leía las palabras, una mezcla de emoción y ansiedad se apoderó de mí. ¿Era esto lo que había estado esperando? Un nuevo comienzo en un lugar que necesitaba no solo mis habilidades, sino también mi pasión por ayudar a otros.

Sin embargo, el dolor en mi cabeza se intensificó por un momento, como si mis pensamientos y emociones estuvieran en conflicto. Sentía la presión de la decisión, de dejar atrás la vida que conocía y adentrarme en lo desconocido. Pero, en lugar de detenerme, dejé que esa punzada me impulsara a actuar. Había superado tanto en los últimos años; no podía dejar que el miedo me frenara.

Con un profundo suspiro, me propuse investigar más sobre Los Santos y la oportunidad que se presentaba ante mí. Era un lugar donde podía aplicar todo lo que había aprendido, donde podía contribuir a sanar a aquellos que realmente lo necesitaban. Esa carta era más que una simple oferta; era la puerta a un futuro que anhelaba. Y, aunque la incertidumbre seguía acechando, sabía que este podría ser el comienzo de un capítulo lleno de significado.

Decidida a conocer más sobre Los Santos y el Hospital Pillbox Hilll, me sumergí en una investigación. Empecé a buscar información en línea, pasando horas navegando por foros y artículos. Lo que descubrí me intrigó y, al mismo tiempo, me preocupó.

Con Amor, Hannah.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora