Capítulo 37: El precio que estoy dispuesto a pagar (Por ti)

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La luz fluorescente de la morgue era fría, pero el ambiente estaba más helado aún. Cada rincón parecía teñido por la muerte, y el silencio era abrumador, roto solo por el sonido metálico de los instrumentos del Dr. Woods mientras preparaba el cuerpo. Marco yacía inerte sobre la mesa de autopsias, su piel pálida, sus ojos cerrados para siempre. Desde detrás del cristal, observaba cada movimiento, como si estuviera en un trance, intentando procesar lo que había sucedido, pero sin poder unir las piezas de este rompecabezas macabro.

Esa noche, todo parecía una pesadilla, una de esas en las que por más que intentes despertar, algo siempre te arrastra de nuevo a la oscuridad. Y Marco... con quien había compartido tantas noches de estudio, con quien había intercambiado risas y frustraciones, estaba ahora bajo el bisturí, sin vida.

El Dr. Woods comenzó su ritual, como lo hacía siempre con cada cuerpo, encendiendo una vela blanca al lado de la mesa de autopsias. Pero esta vez, algo extraño sucedió: la vela de Marco no encendió, ni en el primer intento ni en el segundo. El doctor frunció el ceño, como si comprendiera algo. Había una inquietud en sus movimientos, como si nos estuvieran guiando hacia algo más allá de lo que podíamos ver. Con cuidado, comenzó a examinar las pertenencias de Marco, aquellas que habían llegado junto al cuerpo. De repente, algo le llamó la atención. Sus dedos encontraron una pequeña nota doblada dentro del bolsillo de la chaqueta ensangrentada. Sin decir nada, me hizo una seña para que entrara.

Di un paso adelante, con el corazón acelerado, y me acerqué lentamente. La nota, frágil y manchada de sangre, estaba ahora en sus manos, y aunque todavía no había sido abierta, podía sentir que algo más grande se cernía sobre nosotros. Atravesé la puerta como si caminara hacia mi propio juicio. Me acerqué a la mesa, al cuerpo, al silencio de la muerte que lo envolvía todo.

—Ayúdame con esto, Hannah —dijo el Dr. Woods, entregándome la nota.

Era una carta, escrita en italiano. Las palabras de Marco resonaron en mi cabeza. Durante nuestras largas horas de estudio, él me había enseñado algunas frases en su lengua materna, pequeños fragmentos que ahora intentaba recordar con desesperación. Las letras en la página parecían danzar ante mis ojos mientras luchaba por descifrar el mensaje, pero lo que leí hizo que mi sangre se helara. Mis manos fueron cubiertas por guantes antes de comenzar a desdoblar la nota, que luego quedó revelada tras una bolsa de evidencias.

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"Marco DiFranco, hai pagato il prezzo per la tua infedeltà. Ogni passo falso, ogni sussurro contro la famiglia, ha segnato il tuo destino. Con il tuo tradimento, hai macchiato il nostro nome. Ora, con il sangue versato, i tuoi peccati sono purgati. Il giusto prezzo è stato pagato, e con la tua morte, l'onore torna alla nostra famiglia. Non ci sono redenzioni per i traditori, solo la morte."

"Riposa ora, se puoi, sapendo che il tuo sacrificio ha ridato dignità al tuo cognome. Ma ricorda, i tuoi peccati non saranno mai dimenticati."

≿————- -ˋˏ ༻✿༺ ˎˊ- ————-≾

"Marco DiFranco, pagaste el precio por tu infidelidad. Cada paso en falso, cada susurro contra la familia, marcó tu destino. Con tu traición, manchaste nuestro nombre. Ahora, con la sangre derramada, tus pecados han sido purgados. El precio correcto ha sido pagado, y con tu muerte, el honor regresa a nuestra familia. No hay redención para los traidores, solo la muerte."

"Descansa ahora, si puedes, sabiendo que tu sacrificio ha devuelto la dignidad a tu apellido. Pero recuerda, tus pecados nunca serán olvidados."

Con Amor, Hannah.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora