Entré el amor y el odio

capitulo 63

Preocupados por el estado de Rachel, Steve la ayudó a ponerse de pie con suavidad mientras ella aún se tambaleaba, afectada por las imágenes que había visto.
-No te ves bien. Bruce necesita revisarte, ahora mismo -dijo Steve con firmeza, su tono más preocupado de lo habitual.
Rachel asintió débilmente, permitiendo que Steve la guiara hacia el laboratorio. Al llegar, encontraron a Bruce trabajando en uno de sus experimentos. Levantó la vista al notar su llegada, sus ojos llenos de curiosidad y preocupación al mismo tiempo.
-¿Qué pasó? -preguntó Bruce, dejando lo que hacía.
-Rachel tuvo una visión... algo oscuro, algo que nos involucra a todos. Creemos que su dolor de cabeza y esas imágenes podrían estar relacionadas con sus poderes -explicó Steve.
Tony ya estaba en el laboratorio revisando uno de sus trajes y, al escuchar esto, dejó todo de lado. Se acercó rápidamente a Rachel, su expresión seria, pero con una pizca de preocupación que trataba de ocultar.
-¿Qué viste exactamente, mocosa? -preguntó Tony, cruzando los brazos.
Rachel se sentó en una camilla mientras Bruce tomaba algunas muestras y conectaba un monitor para medir sus signos vitales. Inspiró profundamente antes de responder.
-Los vi a todos... muertos. Bucky, Steve, tú, Wanda, Nat... todos. Estaban rodeados de escombros y oscuridad. Y había una voz... decía que no importaba lo que hiciera, no podría salvarlos.
Tony frunció el ceño, su rostro adoptando una seriedad inusual. Retrocedió un paso mientras su mente comenzaba a conectar puntos que preferiría haber olvidado.
-¿Qué pasa, Tony? -preguntó Steve, notando el cambio en su expresión.
Tony miró a Rachel, sus ojos reflejando una mezcla de sorpresa y alarma. -Es lo mismo que vi hace años, cuando Wanda invadió mi mente. Esa visión... esa sensación de inevitable destrucción.
Bruce levantó la cabeza, intrigado. -¿Estás diciendo que esto podría ser más que una simple conexión con sus poderes? ¿Que algo o alguien podría estar provocándolo?
Tony asintió lentamente. -No es una coincidencia. Si Rachel está viendo lo mismo que yo vi, entonces es una advertencia... o una maldita premonición.
Rachel los miró a ambos, sintiendo un nudo en el estómago. -¿Crees que esto pueda pasar? ¿Que realmente todos...?
Tony interrumpió, colocándole una mano en el hombro. -No va a pasar. No dejaremos que pase. Pero necesitamos entender más sobre esto.
-De acuerdo -dijo Bruce, mirando el monitor-. Vamos a analizar esto. Rachel, necesitamos que nos cuentes cualquier detalle, por pequeño que parezca.
Rachel asintió mientras Tony se sentaba a su lado, manteniendo su presencia firme y reconfortante. Aunque no lo dijera, no pensaba dejarla sola, no mientras esa sensación de amenaza latente persistiera.
Después de los análisis y confirmaciones de Bruce de que todo estaba perfectamente bien, Rachel respiró aliviada, aunque no lograba sacudirse las imágenes de su mente. Decidió no preocuparlos más, pero la inquietud seguía allí, instalada como un peso en su pecho.
Tony, fiel a su estilo, no la dejó sola ni por un momento. La llevó al taller para distraerla, mostrándole algunos diseños nuevos que estaba trabajando. Rachel, apoyada contra una de las mesas, lo miró mientras ajustaba un pequeño dispositivo en uno de sus trajes.
-Eres un desastre, pero un desastre funcional -comentó Tony sin mirarla, con su usual tono de sarcasmo.
Ella sonrió débilmente antes de tomar aire y soltar lo que tenía en mente. -¿Por qué no te alejas de todo esto, Tony? De los Vengadores, de las misiones, de los peligros... Podrías dejarlo todo atrás y hacer tu vida con Pepper.
Tony levantó la vista, sorprendido por la pregunta. Bajó las herramientas y la miró directamente, su expresión más seria de lo habitual.
-¿Dejar todo esto? -repitió, como si fuera un concepto alienígena para él.
-Sí, Tony. Tienes a Pepper, tienes recursos, podrías construir un futuro lejos de todo este caos. Podrías ser feliz, realmente feliz.
Tony suspiró, apoyándose en la mesa junto a ella. -¿Y quién se encargaría de salvar el mundo mientras yo estoy en una playa tomando piñas coladas?
Rachel lo miró con insistencia. -Hay otras personas, Tony. Gente como Steve, Thor, incluso Wanda. No todo tiene que recaer en ti.
Tony sonrió de medio lado, pero había algo melancólico en sus ojos. -¿Sabes cuál es el problema con esa idea, mocosa? Que no puedo dejarlo. No es que no quiera estar con Pepper, porque créeme, lo quiero más que nada en el mundo. Pero cada vez que pienso en alejarme, en tener esa vida normal, algo dentro de mí grita que no puedo.
Rachel lo miró en silencio mientras él continuaba.
-No puedo dejar esto porque sé lo que está en juego. Si no estoy aquí para protegerlos, ¿quién lo hará? He visto lo que pasa cuando fallamos, Rachel. He visto cómo termina el mundo, y no puedo permitirme dar un paso atrás mientras exista la posibilidad de que suceda otra vez.
Ella asintió lentamente, entendiendo más de lo que quisiera. Después de todo, también había sentido ese peso.
-Eres terco, ¿lo sabías? -dijo ella, intentando aligerar el momento.
Tony sonrió, recuperando su tono sarcástico. -Lo sé. Pero eso también me hace brillante, ¿no?
Rachel rodó los ojos, pero no pudo evitar sonreír. -Solo no te olvides de ti mismo en el proceso, Tony. No te olvides de que mereces ser feliz también.
-Anotado, consejera -respondió él, dándole un ligero empujón en el hombro antes de volver a trabajar. Pero mientras lo hacía, las palabras de Rachel seguían resonando en su mente más de lo que estaba dispuesto a admitir.