capitulo 31

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PUNTO DE VISTA DE CECILIA

Yo había regresado antes de llegar al campamento del que me había hablado, ya que me sentía mal por haberlo dejado, pero cuando regresé, la criatura ya estaba muerta y se estaba volviendo motas de color púrpura.

Pero mis ojos se abrieron con incredulidad al ver al chico del cabello rubio ser golpeado por un grupo de siete hombres, todos magos con máscaras que cubrían su rostro.

No pude evitar tensar mi mandíbula al ver tal despreciable escena y me di cuenta de que no importa el mundo o la época; siempre habrá gente despreciable como esta, pensé para mí misma mientras veía que le ponían una espada en la cara, lo que me hizo hervir la sangre.

Pero mi ira disminuyó ante la preocupación por la pequeña que tenía en mis brazos, ya que no quería que una niña viera a su hermano mayor ser tratado así. Sin embargo, nuevamente mi preocupación se desvaneció al ver la expresión de la niña.

No era el de una niña asustada, sino más bien el de un depredador con ojos tan afilados como dagas, demostrando su odio ante las personas que estaban lastimando a su hermano.

De repente, ella comenzaría a caminar hacia los hombres mientras sus ojos negros se volvían de un rojo intenso antes de decir:

'¿Qué creen que están haciendo?'

Diría la pequeña lo suficientemente alto para que los hombres la oyeran, por lo que rápidamente me pondría a su lado, lista para defenderla de esa escoria. Pero de repente, una ráfaga de maná saldría de ella al mismo tiempo que comenzaba a brillar y crecer.

Y mis ojos se abrieron con sorpresa al ver a un imponente fénix de unos tres o dos metros de altura.

Pero lo más sorprendente era su color, ya que según las leyendas, los fénixes eran aves de color rojo y tintes amarillos, pero este era de múltiples tonalidades de colores oscuros, dándole una aura intimidante.

Ante esa hermosa imagen, algo cambiaría en el ambiente. Algo estaba pasando, por lo que rápidamente activaría mi visión de maná para poder ver qué pasaba, y lo que vi me sorprendió, ya que las partículas púrpuras estaban forzando a la particulas  de maná de fuego a entrar al área donde el maná había huido después de la muerte de la criatura púrpura.

Y gracias a que el grupo de hombres quedaría en shock por la apariencia intimidante de la pequeña, esta pudo acumular lo suficiente para su hechizo, el cual me sorprendió aún más, ya que literalmente calcinó al hombre que había puesto una espada en la cara del chico con llamas de un color arcoíris.

Ante esto, tres de los seis hombres restantes se lanzarían contra nosotros con sus espadas y lanza en mano, pero rápidamente se percataron de que no había maná elemental en la atmósfera, por lo que sus hechizos no se manifestaron. En cambio, la pequeña tenía un cúmulo de partículas de maná de fuego esperando sus órdenes, gracias a las motas de color morado que sí había en la atmósfera.

Casi de inmediato me di cuenta de la inteligencia de la pequeña, ya que sabía que no tenía mucho maná de fuego, por lo que acumularía un poco en un hechizo que, por lo visto, era ascuas, un hechizo de nivel básico, el cual sería combinado con partículas púrpuras. Lo que haría que las pequeñas ascuas se convirtieran en llamas arcoíris ardientes, las cuales reducirían a cenizas a dos de los tres atacantes.

No podía hacer más que sorprenderme ante la manipulación de maná de la pequeña, y en cambio, yo, a pesar de ser talentosa, estaba limitada debido a la poca información que tenía por mi mala suerte al nacer. Pero mientras pensaba en todo lo que había pasado, una pequeña voz me sacaría de mi ensimismamiento.

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