capitulo 44

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PUNTO DE VISTA DE YURI LEYWIN

'Vas a engordar si sigues comiendo así,' dije a la pequeña de cabello rojizo que se encontraba sentada en mi regazo, comiendo los aperitivos que se suponían eran para los miembros del consejo, pero al parecer le habían gustado, por lo que decidió comérselos todos.

Ante mi comentario, sus ojos negros me miraban con intensidad. 'Mmm, aún así me querrás,' diría, fingiendo tristeza, mientras me veía con ojos llenos de falsas lágrimas. Podía sentir, a través de mi vínculo con ella, que quería que la mimara, a lo que simplemente daría un suspiro antes de acariciar su melena rojiza. 'Sí, sí, seas una niña o una anciana, siempre te voy a querer mucho.'

Mis palabras me ganarían un tarareo de felicidad de su parte, seguido de uno de sus típicos abrazos rebosantes de cariño, al cual le regresaría con gusto. Aún me costaba creer que había pasado de ser un extraño para ella a ser la persona más importante en su vida, aunque era mayormente gracias a nuestro vínculo especial, en el que ella pudo confiar en mí, al igual que yo confío en ella. Y aunque su mentalidad es muy aguda, sigue comportándose como una niña conmigo.

Lo que agradezco, ya que no quiero que una pequeña crezca demasiado rápido, especialmente una que ha vivido tantas cosas horribles, por lo que mimo todos sus caprichos, aunque normalmente no pide nada más que quedarse a mi lado, aunque a veces pide cosas algo raras como estas.

'Di hahaha,' diría Fidel mientras trataba de darme de comer en la boca una de las galletas que se encontraban en la mesa.

'Jajajaja, vamos, amo Yuri, la princesa quiere darte de comer, no la desprecies, jeje,' diría Regis, quien se encontraba sentado a mi lado, claramente burlándose de mí, sabiendo que no puedo negarme. 'Parece que alguien solo quiere el 8% de su porción de éter habitual, ¿verdad?' dije amenazantemente ante sus burlas, haciéndolo arrepentirse de sus palabras.

Pero cuando me disponía a comer la galleta que Fidel me estaba dando, las grandes puertas de mármol negro se abrieron de golpe, al mismo tiempo que 14 personas entraban a la sala, las cuales eran los reyes, las lanzas, la directora Cynthia y el ex rey Virion, y todos se quedaron atónitos ante la imagen de Fidel dándome de comer en la boca.

'Ahí va nuestra primera impresión,' susurraría Regis, aguantándose las ganas de estallar en carcajada. Pero antes de que alguien pudiera decir algo, las lanzas Varay y Ada se pondrían entre los reyes y yo, listos para atacar, lo que provocó que Regis se levantara de golpe. 'No hagan nada, tontos inferiores,' gruñería Regis mientras crecía de tamaño, desatando su poder etéreo, haciendo que todos, menos Bairon y Alea, temblaran..

'Tranquilo, Regis, no hay necesidad de eso,' dije mientras masticaba la galleta que Fidel me había dado. Y una vez que Regis volvió a su tamaño normal, los primeros en entrar fueron Virion y Cynthia, quienes se sentarían detrás de mí, con Alea detrás de ellos, mientras que la reina Priscila tomaba asiento con Bairon detrás de ellos.

Y después de que todo se sentaran, el primero de los reyes habló con un tono de desprecio y superioridad. '¿Quién es este mocoso y qué hace sentado en el asiento que debería ser mío?' diría el rey enano, de quien ni siquiera me molesté en aprenderme su nombre.

Ante sus palabras, tanto la reina Priscila como la directora Cynthia comenzarían a sudar, mientras que Virion y las lanzas Alea y Bairon simplemente sonreían maliciosamente. Pero no habría necesidad de que yo hablara, ya que para eso estaba Virion.

'Cof, cof, bueno, ¿por qué no empezamos con la reunión? Como sabrán', diría mi futuro abuelo antes de que nuevamente el enano lo interrumpiera groseramente. '¿Quién te crees para ignorarme? Eh, Virion, no eres más que un anciano', gritaría el enano, esta vez levantándose del asiento mientras hacía una seña con los dedos para que sus lanzas dieran un paso hacia adelante.

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