Mientras el murmullo de la fiesta continuaba a nuestro alrededor, él seguía mirándome con una intensidad que comenzaba a hacerme sentir atrapada.
—¿Y cómo es que no he visto a alguien como tú en este tipo de eventos antes? —preguntó con una sonrisa que mostraba más interés de lo que era apropiado.
Intenté tomar distancia, deseando que entendiera la señal.
—Estoy casada.Él sonrió, como si no le importara en lo absoluto. —¿En serio? —replicó, sus ojos brillando con diversión—Mucho mejor.
Lo miré, confundida, sin saber si estaba escuchando bien.
—Soy la esposa de Nicolás.Su rostro mostró una ligera expresión de sorpresa fingida, y luego soltó una risa suave y burlona.
—¿De verdad? Qué coincidencia. Felicidades por la boda. Lamento no haber estado para verte vestida de novia.Sus palabras, teñidas de sarcasmo y una pizca de burla, no hacían más que aumentar mi incomodidad. Justo cuando pensaba en cómo salir de aquella conversación, el presentador subió al escenario y comenzó a hablar, llamando la atención de todos los invitados.
—Buenas noches, damas y caballeros —dijo, su voz resonando en el salón—. Gracias por acompañarnos en esta velada tan especial. Hoy celebramos a un gran hombre, un ejemplo de liderazgo, el mayor inversionista de muchos aquí presentes, el señor ¡William Winston!
Los focos se concentraron en la tarima mientras el Sr. Winston, impecable en su traje oscuro, ascendía con paso firme. La atención de todos se fijó en él mientras tomaba el micrófono con su acostumbrada confianza y mostraba una gran sonrisa, de esas que podía convencer a cualquiera.
—Es un verdadero honor estar rodeado de tantos amigos y colegas —comenzó, con una calma en su voz que transmitía control absoluto— A lo largo de los años, la empresa ha atravesado por tiempos difíciles, incluso por pérdidas significativas al inicio. Pero siempre encontré una razón para seguir adelante. Y esa razón ha sido mi familia.
La multitud lo miraba con admiración, mientras el presentador añadía con entusiasmo:
—Así es, el Sr. Winston ha sido un ejemplo para todos nosotros. Empezó esta empresa desde cero y hoy en día es un modelo a seguir para todos los presentes.
Aunque sus palabras parecían resonar en toda la sala, comencé a sentirme desconectada de su discurso. Mis ojos recorrieron el salón y entonces la vi: la Sra. Winston estaba sentada un poco alejada, con una expresión serena pero distante. Aquella era mi oportunidad. Sin pensar demasiado en las posibles consecuencias, me deslicé entre los invitados, aprovechando que todos estaban atentos al discurso del Sr. Winston.
Al llegar a su lado, susurré en voz baja:
—Necesito hablar con usted.
La Sra. Winston me miró, sorprendida y un poco confundida. Su expresión era de una calma cautelosa, como si quisiera entender cuál era mi verdadera intención. —No puedo hablar ahora —contestó en el mismo tono bajo, sus ojos buscando a su esposo, que seguía en el escenario.
Tomé su brazo con suavidad, un intento desesperado por llamar su atención antes de que la oportunidad se desvaneciera. Sabía que debía ser cautelosa, pero también que ésta podría ser la única ocasión para descubrir lo que tanto necesitaba saber. Justo cuando estaba a punto de hablar, el presentador retomó el micrófono con una sonrisa amplia y pronunció unas palabras que hicieron que el salón se llenara de murmullos emocionados:
—Y, como siempre, el Sr. Winston nos trae sorpresas. Hoy celebramos no solo los logros de su empresa, sino también un cambio en su vida familiar. Ahora que su hijo mayor ha encontrado el amor y se ha casado, estamos todos muy felices por esta nueva etapa.
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LOS WINSTON
Misterio / SuspensoAurora nunca imaginó que su vida cambiaría tan drásticamente. Trabajando en un bar para pagar las medicinas de su madre enferma, se ve arrastrada a un oscuro mundo de secretos y peligros cuando conoce a Nicolás Winston, un misterioso y adinerado hom...