Ese día en la estación, Yoko estaba emocionada por compartir su almuerzo con los oficiales. Faye, siempre atenta a los detalles, había avisado al personal de cocina que Yoko era alérgica al picante, asegurándose de que su comida fuera segura.
—Gracias por la comida—dijo Yoko con una sonrisa, mientras comenzaba a servir su plato.
Sin embargo, al probar el primer bocado, una oleada de picante invadió su boca, haciendo que su garganta se cerrara de inmediato. Se levantó de un salto, la cara al instante enrojecida.
Faye, que estaba charlando con su compañero, miró hacia Yoko y se alarmó al ver su reacción.
— ¿Yoko? —preguntó, acercándose rápidamente—. ¿Estás bien?
La joven pandillera intentó tragar, pero el ardor en su garganta la hizo toser violentamente. Faye se volvió hacia el cocinero, la preocupación en su voz era evidente.
—¡Te dije que no le pusieras picante a la comida! —gritó, su tono de voz dejando claro que no toleraría errores.
El cocinero, confundido, respondió con seguridad:
—Yo no le puse picante a la comida de Yoko, Faye. Tú misma dijiste que no lo hiciera.
Faye, ahora furiosa, tomó a Yoko en brazos y la llevó rápidamente al médico de la estación.
—No te preocupes, vamos a solucionarlo —le dijo mientras la guiaba, sintiéndola apoderarse de la ansiedad de ella.
Una vez en la sala médica, el doctor actuó con rapidez, administrándole a Yoko una inyección que ayudaría a aliviar la reacción alérgica. La tensión en el aire era palpable, pero el médico trató de calmar a ambas.
El jefe, al enterarse del incidente, llegó rápidamente, su rostro reflejando preocupación. Al ver a Yoko en la camilla y Faye inquieta, se dirigió a todo el equipo presente.
— ¿Qué demonios ha pasado aquí? —exclamó, dirigiendo su mirada a los involucrados—. ¡Esto es inaceptable!
Regañó a todos en la sala, enfatizando la importancia de la seguridad y el bienestar de los demás, especialmente de alguien como Yoko, que estaba bajo su cuidado ese día.
Faye, sintiendo la presión de la situación, acomodándose en silencio mientras el jefe continuaba hablando, agradecida de que Yoko estuviera recibiendo la atención que necesitaba. Mientras tanto, Yoko recostada, tratando de calmar su respiración mientras sonreía levemente, apreciando la preocupación de Faye y la defensa que estaba haciendo por ella.
Con el paso del tiempo, el ambiente en la estación se volvió más tranquilo, y aunque el susto había sido grande, las dos chicas sabían que enfrentarían cualquier desafío juntas.
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Entre Lados: Amor y Ley
FanfictionEn un barrio donde las pandillas son parte del paisaje urbano, Faye es una oficial de policía comprometida con su deber. Su vida da un giro inesperado cuando se cruza con Yoko, una joven inteligente y decidida, atrapada en una pequeña pandilla que s...