43 La Llamada

24 3 0
                                    

Miércoles, 2 de febrero de 2022. El reloj marcaba la medianoche cuando Faye recibió esa llamada que ningún policía, y menos alguien enamorado, quisiera escuchar. Su corazón se detuvo al oír las palabras del operador: "Faye, tienes que venir al hospital. Yoko... Yoko fue herida en una operación".

Faye sintió cómo el suelo parecía desmoronarse bajo sus pies mientras escuchaba los detalles de lo sucedido. Yoko había salido de una persecución, siguiendo a un sospechoso que había sido confirmado como el culpable de varios crímenes. Todo había marchado bien; Yoko había logrado acercarse al hombre e intentaba negociar su rendición. Con su habilidad para calmar situaciones, había comenzado a convencerlo de entregarse voluntariamente, incluso asegurándole que podría ayudarle a conseguir una condena menor.

Sin embargo, la paciencia de uno de los compañeros de Yoko se agotó, y la tensión del momento lo hizo actuar sin esperar. Dio la señal para que otros policías rodearan al sospechoso por la espalda, y uno de ellos, en un intento de presión, gritó "¡Baja el arma y levanta las manos donde las vea!" Desconcertado, el hombre reaccionó por instinto y presionó al gatillo. El disparo atravesó el aire en una fracción de segundo... y fue directo hacia Yoko, quien cayó al suelo de inmediato.

Cuando Faye llegó al hospital, el ambiente era sombrío. Apenas logró encontrar palabras mientras preguntaba desesperadamente a los doctores y enfermeras que pasaban por el pasillo. Finalmente, uno de los médicos la detuvo para darle una parte de la situación: Yoko estaba siendo atendida en urgencias. El disparo había sido crítico, pero aún había esperanza.

Horas más tarde, y con el amanecer teñido de incertidumbre, Faye se encontraba al lado de la cama de Yoko en cuidados intensivos. Al ver su rostro pálido y las máquinas que la mantenían estable, sintió una mezcla de rabia, impotencia y miedo. Por primera vez, comprendió la verdadera magnitud de sus temores, aquellos que tanto habían evitado mencionar. Su mano acarició la de Yoko, y, aunque no sabía si ella podía oírla, le susurró: "No me hagas esto... tú prometes regresar siempre. Yoko, despierta. Te necesito, aquí, conmigo".

Faye pasó el resto de la madrugada junto a Yoko, susurrando palabras de aliento, recordándole que aún había muchas razones para seguir adelante.

Entre Lados: Amor y LeyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora