Esa tarde, después del incidente en la estación, Faye y Yoko decidieron tomarse un momento para despejarse. Faye, siempre atenta, notó que aunque Yoko intentaba mostrarse fuerte, lo sucedido con García había dejado una huella en ella. Le propuso salir a tomar un café y hablar un poco más tranquilas.
Ya en la cafetería, ambas se sentaron en una mesa al fondo, lejos del ruido. Faye observó a Yoko en silencio, esperando a que ella rompiera el hielo.
—¿Sabes, Faye? —dijo Yoko mientras revolvía su café—. Desde que llegué a la estación, me he sentido cada vez más decidida a terminar mi carrera y algún día trabajar en este entorno, pero... después de todo lo que ha pasado con García, me doy cuenta de lo difícil que puede ser ser aceptada.
Faye, con una mirada comprensiva, tomó la mano de Yoko sobre la mesa.
—Yoko, es normal que dudes. Entrar a este mundo no es sencillo, y hay personas como García que no aceptan el cambio. Pero tú eres mucho más fuerte de lo que él puede entender. Mira cuánto has logrado; no cualquiera se enfrenta a alguien así y se mantiene firme.
Yoko le sonrió, agradecida. Durante un rato se quedaron en silencio, hasta que Yoko suspiró y decidió abrirse aún más.
—Hay algo que no te he contado, Faye. Cuando era más joven, vi cómo personas cercanas a mí eran manipuladas y maltratadas por gente como García, gente que tiene poder y no lo usa bien. Creo que por eso me atrae tanto el área de criminología; quiero marcar una diferencia, quiero ayudar a quienes sienten que no tienen voz.
Faye la escuchó con atención, comprendiendo aún más las razones detrás de la decisión de Yoko de estudiar criminología.
—Yoko, si ese es tu objetivo, entonces no permitas que alguien como García te haga dudar. Además, tienes a personas que creen en ti. Todos en la estación te apoyan, y sabes que yo siempre estaré aquí para ti.
Yoko sonrió, aliviada de sentir ese respaldo. Después de una larga conversación, ambas se sintieron renovadas. Yoko, más decidida que nunca, tomó la mano de Faye y entrelazó sus dedos.
—Gracias, Faye. Eres la razón por la que no me rindo.
Faye le sonrió y le dio un suave apretón en la mano.
—Siempre estaré aquí para recordarte lo increíble que eres.
Así, la noche continuó entre conversaciones y risas. La relación entre ambas se hacía más fuerte con cada desafío, y Yoko, con el apoyo incondicional de Faye, decidió que no importaba lo difícil que fuera el camino, ella iba a cumplir su sueño y hacer la diferencia.
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Entre Lados: Amor y Ley
FanfictionEn un barrio donde las pandillas son parte del paisaje urbano, Faye es una oficial de policía comprometida con su deber. Su vida da un giro inesperado cuando se cruza con Yoko, una joven inteligente y decidida, atrapada en una pequeña pandilla que s...