LXXI: Carrera a Contrarreloj.

30 4 0
                                    

6:25 pm.
Ethan.

¡Por fin estoy llegando!

Me bajo del taxi, ya estoy justo frente a la escuela. Kayla me dijo que las actividades se realizarán al aire libre en el patio delantero, un baile y presentaciones artísticas alusivas a la festividad en el gimnasio. Seguramente ya deben estar ahí.

Entro a la escuela, hay algunos estudiantes disfrazados jugando en los pasillos y corriendo de un lado a otro. Me dirijo rápidamente al gimnasio y entro, me recibe la música a todo volumen, contrataron una banda de rock alternativo que me gusta mucho. En otras circunstancias de seguro estaría vuelto loco con la canción, pero mis intereses en este momento son otros.

Busco con la mirada a alguno de mis amigos, pero la luz LED púrpura que "ilumina" el lugar realmente me hace muy difícil distinguir a la gente, sin mencionar que hay demasiadas personas aquí dentro.

Talvez si me enfoco en buscar a uno de ellos en específico sea más fácil.

¿De qué se disfrazaron?

Trato de recordarlo sin éxito.

¡Carajo! Les presto tan poca atención, que ya no lo recuerdo.

Comienzo a abrirme paso entre la gente, es asquerosamente incómodo tener que tocar tantos cuerpos sudados y acalorados mientras busco por todas partes a mis amigos. Es absurdo que no pueda encontrar ni siquiera a Dylan, considerando que es alto como un poste de luz y fornido como todo un atleta, no es una persona que pueda pasar desapercibida fácilmente.

¡Agh! Y yo que "amo" el contacto físico, por supuesto.

Me quejo internamente con el primer roce de cuerpos.

¿Por qué me pica tanto la cara?

Ah, sí, el maquillaje.

Mi celular vibra dentro del bolsillo de mi pantalón, lo tomo para ver de qué se trata, en la pantalla aparece nuevamente el apodo con el que agregué a Kayla y no titubeo para responder, llevando el celular a mi oreja.

¿Ya estás en la escuela?—pregunta.

—Sí, de hecho estoy en el gimnasio buscándote. ¿Dónde estás?—hablo un poco alto, la música es demasiado fuerte.

No te escuché bien, estoy cerca de los parlantes.—responde casi a gritos. Me veo obligado a cubrir mi oído libre, para poder escucharla mejor.

—De acuerdo, quédate ahí. Iré yo.—le indico, mas no creo que lo haya oído y sólo corto la llamada.

Bien, cerca de los parlantes.

Me digo y continúo abriéndome paso entre la multitud.

¿A quién se le ocurre estar ahí?

¿Quiere quedarse sorda acaso?

Por fin llego al extremo del gimnasio, ya me he librado de la masa de personas, me topé con disfraces bastante raros en el proceso. Como sea, ahora sólo me queda caminar en línea recta hasta los parlantes y es justo lo que hago, llegando así a estar al costado exacto del enorme estéreo. Y efectivamente, los chicos están aquí cerca, ya veo a Dylan y Noah vestidos de vaqueros.

Dylan voltea ligeramente su cabeza y casualmente su mirada se posa sobre mí, cambiando por completo su semblante, extiende su mano en el aire y la agita un par de veces, esbozando una enorme sonrisa en lo que me acerco.

—¡Ethan! ¡Creímos que no llegarías!—exclama.

—Creyeron mal, sólo me retrasé.—sonrío levemente dándole un choque de puños a él y a Noah.

Ethan [Psycho #1] [EN EDICIÓN] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora