*¡Nuevo capítulo todos los martes y jueves!*
Un encuentro, una mirada, una voz, solo eso es suficiente para que alguien se meta en tus venas y se convierta en todo tu mundo.
El estoico Ben Danner ya tiene mucho con lo qué lidiar en su vida; una vid...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
---------------------------
Ben
—Mierda.
Me estiro sobre la cama, intentando abrir mis ojos y cerrándolos de inmediato cuando la luz del sol que se filtra por la ventana me quema las malditas corneas.
Había olvidado cerrar las persianas anoche.
Me froto los ojos y los abro lentamente esta vez, acostumbrándome a la maldita luz. Odio los días soleados, odio el calor y odio la maldita luz del sol filtrándose por la ventana a las… —giro el rostro para mirar la hora en el reloj de la mesita de noche—, nueve y cincuenta y cuatro de la mañana.
Esta son las madrugadas para mí.
Intento incorporarme, pero un par de quejidos suenan a cada uno de mis lados. Bufo. Había olvidado que dormí con dos chicas anoche, y aunque la noche anterior me había vuelto muy feliz tener a dos modelos rubias lamerme, en este momento solo quiero sacarlas de mi habitación de hotel porque no pueden estorbarme más.
Retiro su enredadera de brazos y piernas de mi cuerpo y me arrastro fuera de la cama como puedo. Ambas se quejan, pero no se despiertan, siguen durmiendo como si ellas hubieran pagado un dólar por esta habitación.
Las piernas me duelen al igual que la espalda baja, indicándome las secuelas de la noche anterior. Voy en dirección al armario y tomo algo de ropa interior, colocándomela justo antes de buscar mi teléfono entre el montón de ropa en el suelo.
Despierto a las gemelas con el ruido y les digo que se vayan, ellas protestan y me ofrecen una mamada para tratar con mi erección matutina, pero no tengo muchas ganas de repetir, así que las ignoro hasta que gruñen y se van, dando un portazo.
Sigo buscando mi teléfono en paz cuando se van. Lo encuentro debajo de la cama y empieza a vibrar. Es Gabriel.
—¿Qué quieres? —gruño.
—Buenos días para ti también. —dice con sarcasmo.
—No estoy de humor. Dime qué quieres.
—Me parece que ayer estabas de humor, si quieres pregúntales a las gemelas Wilson.
Suspiro con cansancio.
—¿Tan pronto llegó a los medios?
—Sí. —dice, y escucho como intenta ocultar su frustración—. Anoche lo filtró el Info Daily. Deberías estar tranquilo, esto les afecta más a ellas que a ti, pero el equipo de relaciones públicas ya está trabajando en eso, lo haremos ver que son solo amigos, que estaban pasando una noche amistosa y no hicieron lo que sea que hayan hecho.
Estoy a punto de lanzar una réplica, sin embargo, si esa noticia llegó al Info Daily tan rápido, es probable que otras noticias también se encuentren ahí. Recuerdo a la chica de ojos azules y cabello largo que conocí en el callejón e ignoro la punzada en mi pecho al pensar que me reconoció al final de la noche. Tuvo que haberlo hecho, a menos que viva en una cueva.