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Aeryn

Mierda. Mierda. Mierda. ¡Mierda!

Doy un par de vueltas por mi habitación hasta que me detengo y me recuesto sobre mi cama, mirando al techo por milésima vez desde que llegué a casa.

¿No es injusto? Aún puedo sentir los labios de Ben Danner sobre los míos, sus grandes manos tomando mi cuerpo, sin delicadeza, como si le perteneciera. ¿Y la verdad? Me encantó.

Me encantó su toque en mí, sus labios reclamándome, la manera en que su cuerpo se amoldaba al mío.

Nadie había sido tan brusco conmigo. Nadie me había tomado completamente en sus manos como si fuera suya. Siempre había estado con chicos lo suficientemente blandos como para que apenas me toquen y jamás había entendido por qué no me gustaba o qué necesitaba mi cuerpo. Pero después de que Ben lo hiciera... maldita sea, fue increíble.

Y la forma en que besa...

Realmente sentí que borró cualquier pensamiento de mi mente solo con ese beso.

Mi cuerpo aún sigue temblando por ese encuentro. Es como si su beso hubiese eliminado a cualquier chico que hubiera pasado por mí y arruinó a cualquier futuro prospecto de beso, porque la verdad es que no puedo imaginarme besando a nadie más que no sea él a partir de ahora.

Fue el mejor beso de toda mi vida.

La manera en que sus labios se sentían sobre los míos, como su lengua invadía mi boca, como sus manos me tocaban y reclamaban mi cuerpo como suyo...

Coloco una almohada sobre mi cara y grito en ella, ahogando el sonido para no asustar a mis vecinos.

Ben dejó de ser el famoso Ben Danner para mí hace mucho tiempo. Ahora es el hombre del que me estoy enamorando perdidamente y que ya no tengo fuerzas para evitar que suceda. Si sigue besándome así, haciéndome reír y sentir como si fuera la chica más hermosa del mundo, y que él ama pasar el tiempo conmigo tanto como yo, es probable que ya no haya marcha atrás.

A quién engaño, ya no hay marcha atrás.

Sigo molesta por lo que hizo, pero eso no significa que, a una parte espantosamente egoísta, eso no le haya gustado.

De hecho, ha inflado mi ego un poco.

Ben me ha convertido en un monstruo sediento de atención y él me la está dando sin ningún tipo de control.

Retiro la almohada de mi cara y miro al techo, lanzando un suspiro. Siento como si hubiera perdido la cabeza, como si el último hilo que mantenía mi cordura se hubiera roto y ahora solo quiero obtener de él lo que tenga para ofrecer.

Sé que dije que no podría mantener una relación más allá de lo profesional con él, pero eso fue antes del beso. Ahora solo pienso en seguir trabajando para él con la condición de volver a hacerlo, y por qué no, de ir más lejos.

La Adicción de Ben (WA #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora