*¡Nuevo capítulo todos los martes y jueves!*
Un encuentro, una mirada, una voz, solo eso es suficiente para que alguien se meta en tus venas y se convierta en todo tu mundo.
El estoico Ben Danner ya tiene mucho con lo qué lidiar en su vida; una vid...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
--------------------
Ben
No entiendo por qué dejar a Aeryn se vuelve cada vez más y más difícil.
Mientras me alejo por la carretera hacia el norte, no puedo evitar sentir un vacío incesante en mi pecho. Frunzo el entrecejo, es como si sintiera dolor físico mientras más me alejo de Nueva York, como si mi cuerpo se negara a alejarse de ella, como si la incomodidad de dejarla se transformara en algo que no solo afecta mi mente, sino a mi cuerpo también.
Es jodidamente extraño. No puedo creer que sienta el síndrome de abstinencia tan rápido. No ha pasado ni una hora desde que me fui, pero mi cuerpo se siente enfermo, vacío sin ella. La necesito tanto como a una droga, como si mi corazón no pudiera seguir latiendo sin ella estando cerca de mí.
Ahora entiendo por completo a Jason.
Suelto un largo suspiro y bajo el vidrio, intentando concentrarme en el camino y no en tomar una decisión estúpida como dar la vuelta e ir tras Aeryn, así como he hecho las últimas dos semanas. Básicamente me he mudado al otro lado del país, regresando a la costa este de donde me escapé hace años y todo por una chica.
Suena estúpido y desesperado, pero cada vez que la veo, me siento estúpido y desesperado.
Si ella fuera otra, ya me la habría follado hace mucho tiempo, sin embargo, soy bastante consciente de que ella se merece más que el pedazo de mierda que soy. Es linda y gentil, aparte de preciosa y con un cuerpo que me tiene ardiendo desde que la vi por primera vez. No me merezco su atención, pero joder, mi polla sufre cada día que la ve.
Y no quiero hablar del órgano dentro de mi pecho. No ha dejado de latir incesantemente cada vez que ella me toca, o me habla, o simplemente existe y yo puedo admirarla.
Pensé que tenía un tipo; chicas rubias, altas, delgadas y que usualmente lleven tan poca ropa que sea fácil de quitar. Sin embargo, esta chica que usa vestidos con una crinolina pomposa debajo, tacones que a duras penas le suman unos cuantos centímetros a su pequeña estatura, cabello negro como la noche y oscuro, ojos azules y piel oliva, un cuerpo que no es del todo delgado, pero, joder, hace cosas en mí que no puedo concentrarme en nada más que en ella, se ha metido tanto en mi piel que no me es posible recordar alguna chica que haya encontrado atractiva antes de ella.
Todas las mujeres han quedado en el olvido para mí. No he cogido en un mes y medio, y eso para mí es mucho tiempo, pero mi polla tampoco quiere la atención de nadie más que no sea Aeryn, y si soy honesto, yo tampoco.
El simple hecho de imaginar a otra mujer tocándome, me da ganas de arrancarme las entrañas.
Y ahora mi cuerpo solo quiere regresar, verla, respirar su mismo aire y deleitarme con el simple hecho de compartir su espacio.
Soy patético.
Las ganas están ahí, pero no lo hago. No puedo hacerlo. Tengo algo importante que hacer antes de ir a Los Ángeles y solucionar otras cosas.