*¡Nuevo capítulo todos los martes y jueves!*
Un encuentro, una mirada, una voz, solo eso es suficiente para que alguien se meta en tus venas y se convierta en todo tu mundo.
El estoico Ben Danner ya tiene mucho con lo qué lidiar en su vida; una vid...
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Ben
Cuando llegué a Nueva York hace un par de horas, tenía planeado ir a ver a Aeryn. Sabía que ella me haría sentir mejor, que haría que sintiera que todo lo que nos costó años conseguir, no se estaba yendo a la mierda en unas pocas semanas. Sabía que ella era a quien necesitaba para poder seguir luchando con esto.
Sin embargo, como un maldito idiota, me arrepentí a último momento y me fui a otro lugar, buscando ahogar mis pensamientos en alcohol y uno que otro porro.
Sabía que Aeryn era la opción más saludable para mí, pero el simple hecho de contaminarla con mi mierda me parecía demasiado egoísta. Es la chica más hermosa que he visto, aparte de eso, es genial y divertida, bastante inteligente e irónica. Nunca me he sentido aburrido a su lado o abrumado por quien soy. Ella es el sol en mi mundo oscuro. Soy polvo bajo sus pies.
Y no la merezco.
No merezco su amistad, mucho menos merezco lo que, honestamente, quiero de ella.
Nunca había tenido una relación, jamás se me había cruzado por la cabeza el tener una, pero con ella… joder, una parte de mí quiere tenerlo todo.
Quiero ver películas en su asquerosamente colorida sala de estar con ella a mi lado, aspirar su aroma, tener sus manos en mi cabello mientras ambos descansamos en el sofá. Y por qué no, quisiera hacerle todo tipo de cosas sin sentido hasta que su cuerpo arda de placer.
Así de mal me tiene por ella.
Sin embargo, la otra parte dentro de mí me grita que eso es una estupidez. Que no debería estar permitiéndome sentir algo tan grande por ella. No cuando sé quién soy y quién es ella.
Jamás en mi vida he sido tan vulnerable como con Aeryn. Eso para mí es aterrador.
Soy un imbécil que le terminará rompiendo el corazón si las cosas siguen de esta manera.
No creo en el amor, pero ella sí lo hace, y con el tiempo confundirá su adicción hacia mí con amor. Sé que soy un idiota que no la merece, pero no soy un monstruo, así que no jugaré con sus sentimientos y es preferible terminar esto ahora antes de que sea demasiado tarde y ella empiece a verme como uno.
«O tal vez piensas eso porque lo que estás sintiendo por ella te asusta y siempre has sido un maldito cobarde.»
Aplaco ese pensamiento y le doy otro trago a mi bebida.
«Si bebo y me escondo, nadie tendrá el poder de lastimarme.»
—Entonces, estábamos Brenda y yo en la semana de la moda. —sigue parloteando la chica en mi regazo. La última vez que verifiqué, ella estaba al otro lado del bar. ¿A qué momento llegó aquí?—. Y un tipo muy sexy se nos acercó, estaba coqueteando, pero solo éramos nosotras dos contra uno. —se ríe, una risa demasiado fingida—. Bueno, eso nunca me detuvo. No me da miedo compartir.