*¡Nuevo capítulo todos los martes y jueves!*
Un encuentro, una mirada, una voz, solo eso es suficiente para que alguien se meta en tus venas y se convierta en todo tu mundo.
El estoico Ben Danner ya tiene mucho con lo qué lidiar en su vida; una vid...
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Ben
Yo: ¿Ya despertaste?
Ángel: Aquí son tres horas más tarde, así que estoy en medio de una clase aburridísima de estadística. ¿Qué haces levantado? ¿No son apenas las siete en California?
Yo: Lo son, pero no podía dormir más.
Ángel: Espero que tus malos pensamientos no te hayan mantenido despierto, jajaja.
Yo: De hecho, soñé contigo toda la noche.
Ángel: ¿En serio? Espero haber usado lencería sexy y verme bien en tu sueño.
Yo: Cariño, no querrás saberlo. Estabas demasiado sexy.
Me río cuando me envía una foto de ella cubriéndose la boca como si intentara no gritar en medio de sus clases. Está usando un vestido verde menta, su cabello cae con ondas suaves hasta su espalda baja y sus mejillas llevan ese hermoso color rosa.
Es preciosa.
Y no me importa decírselo.
Yo: ¿Te he dicho alguna vez lo hermosa que eres?
Ángel: Eres un adulador, pero nunca es malo volverlo a escuchar.
Yo: Bueno, eres realmente preciosa, Aeryn Cole.
Ángel: Tú también eres hermoso, si quieres tener certeza de eso, te indicaré mi nuevo fondo de pantalla.
Una risa sale de mí mientras me paro de la cama y camino en dirección al baño.
Yo: De nada por la foto.
Ángel: Eres verdaderamente maravilloso, aunque aún quiero estrangularte por eso.
Yo: Vamos, admite que te gustó mi sorpresa.
Ángel: Eres odioso.
Yo: Vamos, Ángel, ya me habías perdonado.
Me lavo los dientes, la cara y salgo hacia el pasillo, bajando las gradas. Hacía tiempo no tenía mi casa tan vacía y no me había dado cuenta hasta ahora. ¿Cuándo fue la última vez que hice una fiesta o que me acosté con alguien?
Ni siquiera puedo recordarlo.
Tampoco me importa mucho.
Ángel: Si me gustó. Y sí, eres muy lindo.
Estoy escribiendo mi respuesta cuando otro mensaje de ella llega:
Ángel: El profesor McKenzie acaba de terminar la clase abruptamente porque su perro tiene pulgas y lo llamaron del veterinario. Fue muy gracioso, pero, en fin, ¿puedo llamarte?