*¡Nuevo capítulo todos los martes y jueves!*
Un encuentro, una mirada, una voz, solo eso es suficiente para que alguien se meta en tus venas y se convierta en todo tu mundo.
El estoico Ben Danner ya tiene mucho con lo qué lidiar en su vida; una vid...
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Aeryn
Me acurruco más contra lo que sea que se encuentra debajo de mí, tan cálido, cómodo y precioso que no me importa lo que es. Oculto mi cara y aspiro su aroma, una deliciosa mezcla entre jabón y loción masculina con un ligero aroma amaderado. Es tan suave, pero duro y firme a la vez, tan deliciosamente cómodo. Me abrazo más a la superficie, sintiéndome tan bien y protegida que...
Mis ojos se abren de golpe.
Cierro los ojos de nuevo gracias a que la luz del día se filtra a través de las feas cortinas, dejándome completamente ciega.
Mis ojos se abren otra vez.
Mis cortinas no son feas.
«¿En dónde diablos estoy?»
Los recuerdos pasan por mi mente de golpe; mi loco viaje a Los Ángeles, Ben abrazándome, nuestro viaje a Palm Springs que terminó terriblemente mal cuando el auto se quedó sin gasolina. El motel, una sola cama, él acostándose a mi lado, nuestra pequeña charla que terminó con él tomando mi mano y durmiendo a mi lado...
«Sin camisa...»
Me incorporo suavemente para ver la superficie debajo de mí, un torso duro, tonificado y tatuado ha servido como mi almohada toda la noche, y por más que me guste la vista, levanto la mirada lentamente. Me topo con un par de ojos de diferente tonalidad, negro y azul mirándome fijamente, sin ningún tipo de emoción legible reflejada en su rostro.
Ben está despierto.
Y yo estoy a horcajadas sobre él, completamente abrazada a su cuerpo. Una marca de baba en su pecho, sus manos en mi cintura. Me remuevo sin saber por qué y un jadeo sale de mí cuando algo roza con mi entrepierna. Tiene una erección matutina.
Ben Danner está...
«Oh, Dios mío.»
No puedo evitar gritar y saltar de la cama, pero todo empeora cuando me enredo con la sábana y termino cayendo al suelo.
Que gran manera de despertar.
—Auch. —me quejo.
—¿Es normal que ni siquiera me sorprenda que hayas hecho eso? —dice sin emoción en su voz, yendo hacia mí, tomándome en sus brazos y cargándome como si no pesara nada.
Mi corazón da un vuelco en mi pecho.
Me deja sobre la cama y desenreda mis piernas de la sábana, rozando sus dedos sobre mi piel ocasionalmente, haciendo que el latido de mi corazón se acelere mucho más. Lo observo mientras me cuida, como su cabello negro está despeinado, sus ojos fijos en mis piernas, sus manos grandes y fuertes trabajando en liberarme, tomándose su tiempo.