*¡Nuevo capítulo todos los martes y jueves!*
Un encuentro, una mirada, una voz, solo eso es suficiente para que alguien se meta en tus venas y se convierta en todo tu mundo.
El estoico Ben Danner ya tiene mucho con lo qué lidiar en su vida; una vid...
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Aeryn
—Entonces, es navidad —le digo a mi novio, mientras juega con mi cabello entre sus dedos.
Ambos estamos acurrucados en su cama después de haber hecho el amor. Mis piernas aún se encuentran temblorosas y mi cuerpo se siente completamente feliz y satisfecho, al igual que mi estado de ánimo.
«Sí, eso es lo que múltiples orgasmos le hacen a una chica.»
Ya había tenido sexo antes de Ben, pero jamás había disfrutado tanto como ahora. Es como si su cuerpo y el mío fueran hechos el uno para el otro. Nos amoldamos tan perfectamente que no puedo pedir mucho más porque él ya me da todo lo que necesito y viceversa. Así de perfectos somos juntos.
Me incorporo un poco para mirarlo y puedo ver que trae esa sonrisa adormecida y soñadora que muestra cada vez después de haber hecho el amor de la manera tan descontrolada como lo hicimos. Quiero reír porque esta sonrisa solo significa que él hará todo lo que quiera, por más absurdo que sea, y puedo garantizar eso al ver que ha añadido tres plantas pequeñas a nuestra colección de plantas de interior en el filo de su ventana.
Lo amo tanto.
Coloco mis manos sobre su pecho para poder apoyar mi cabeza y mirarlo fijamente. Él baja su mirada para observarme, antes de sonreír.
—Estoy muy feliz —murmura tan bajo que casi no lo escucho.
—Soy así de buena —bromeo.
—Eres excelente, realmente la mejor del mundo, pero no me refiero a eso... bueno, no solo a eso.
Lo miro, esperando a que continúe y él lleva su mano a mi espalda desnuda, acariciando mi piel lentamente, enviando una corriente eléctrica que me sacude todo el cuerpo.
—Sabes que no creía en el amor.
Siento como escribe esas palabras con su dedo en mi espalda.
Mi corazón da un vuelco en mi pecho.
—¿Creías? —repito.
Él asiente con la cabeza.
—Ajá, en pasado —vuelve a trazar las palabras sobre mi piel con su dedo.
—Y ahora...
Lanza un suspiro y me observa con mejillas sonrojadas.
Mi corazón late aún más rápido al verlo. Es demasiado tierno.
—Siempre me había sentido solo. Siempre pensé que no necesitaba a nadie —traza esas palabras de nuevo—. Pensé que me gustaba estar solo, hasta que te conocí. Tus brazos son mi lugar seguro —su tacto sobre mi piel se siente demasiado, así que cierro los ojos—. Fuiste la luz que buscaba y todo lo que quise. Me hiciste creer en lo que increíble. Tú y solo tú, has cautivado mi mundo...
