*¡Nuevo capítulo todos los martes y jueves!*
Un encuentro, una mirada, una voz, solo eso es suficiente para que alguien se meta en tus venas y se convierta en todo tu mundo.
El estoico Ben Danner ya tiene mucho con lo qué lidiar en su vida; una vid...
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Ben
Tengo una maldición y eso es recordar todo lo que pasa cuando estoy ebrio.
Me comporté como un idiota ayer, desde que me fui de la casa de Aeryn sin decir nada, hasta emborracharme como un imbécil y pensar que estaría bien invitarla a acostarse conmigo otra vez, todo mientras ella estaba limpiando mi casa, luciendo herida y molesta por mi culpa.
Sabía que el irme la lastimaría, pero no pensé que la vería tan rota a pesar de estar usando su disfraz de perfección.
No pensé que la lastimaría de la forma en que lo hice y eso casi me mata.
He cometido muchos errores en mi vida, pero jamás me había arrepentido tanto. Siento como si hubiera cometido el peor error de toda mi vida cada vez que recuerdo su voz herida y furiosa, o como estrelló la escoba contra la pared, rompiéndose completamente después de que yo me comportara como un imbécil.
El dolor en mi pecho no ha cesado desde que dejé la casa de Aeryn, pero después de verla llorar en la puerta de mi casa solo intensificó el ardor en el lugar donde se supone que debería estar mi corazón. No es una exageración, cada vez que recuerdo su mirada herida y las lágrimas bajando por sus mejillas, siento dolor físico en mi pecho, como si me apuñalaran lentamente, buscando matarme.
Cuando se fue, no pude mantenerme en pie por lo ebrio que estaba a pesar de lo mucho que quise ir detrás de ella y arrodillarme para buscar su perdón. Así que, lo único que pude hacer fue irme a dormir y al despertar, comí algo intentando sacar todo el alcohol de mi sistema para volver a mi juicio. Boté todo el alcohol de mi casa, incluso los cigarrillos y la bolsa de hierba que tenía en mi mesa de noche, una vez me levanté y cené. Limpié por primera vez toda mi casa mientras esperaba a que ella contestara mis mensajes o mis llamadas. No recuerdo todo lo que le escribí, solo recuerdo que quería hablar con ella y que por favor me perdone.
No merezco su perdón, mucho menos la merezco a ella, pero no puedo permitir que esto continúe de esta forma, es como si lo único que no pudiera hacer en esta vida sería mantenerme alejado.
La noche que follamos fue la mejor noche de mi vida y todos los pensamientos que me invadieron después de probar su cuerpo por primera vez, me asustaron como la mierda. No creía en los sentimientos antes de ella, y ahora realmente me asusta todo lo que estoy sintiendo.
Pero me asusta más vivir una vida sin ella.
Son las ocho y cuarto cuando escucho al ascensor abrirse en mi piso.
Respiro hondo, esperando a que ella golpee la puerta. Se toma su tiempo y mi paciencia se va agotando a cada segundo que pasa, pero no hago nada estúpido como ir a abrir la puerta y gruñirle que por qué se demora tanto. No. Solo me quedo ahí, sentado como un idiota en mi sofá mientras espero a que ella se digne en golpear mi puerta.