*¡Nuevo capítulo todos los martes y jueves!*
Un encuentro, una mirada, una voz, solo eso es suficiente para que alguien se meta en tus venas y se convierta en todo tu mundo.
El estoico Ben Danner ya tiene mucho con lo qué lidiar en su vida; una vid...
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Aeryn
Si la familia de Ben sospechó algo sobre lo que hicimos en su habitación, después de habernos tardado más de una hora en bajar y, cuando por fin bajamos, haberlo hecho recién bañados y vestidos muy diferente a como estábamos antes de encerrarnos en su cuarto... bueno, no dijeron nada al respecto.
Más bien, Demi y Harold, el padre de Ben, nos dieron la bienvenida en la cocina con una sonrisa y bastante entusiasmo. Harold tiene un ojo morado y el labio roto, pero aun así estuvo contento de ayudar con la cena. Ben no sabe cocinar, por lo que él fue el tierno asistente de cocina, organizando ingredientes y pelando verduras. Yo empecé a hacer una rica masa de galletas de jengibre, que Ben no podía evitar robar masa cruda y comérsela.
Me robó un par de besos en la mejilla delante de su familia, mientras yo amasaba la masa y la cortaba antes de ponerla en el horno. Eso me hizo doler el corazón.
Realmente actúa como si me amara.
Y yo realmente le creo.
Tal vez aún no está listo para admitirlo, tal vez no quiera decirlo, pero sé que me ama.
Lo sé por cómo me toma de la cintura y apoya su mejilla en la coronilla de mi cabeza. Por cómo me mira con la más hermosa expresión de jovialidad.
Lo sé porque yo siento lo mismo.
Porque es imposible que este amor tan grande no sea correspondido.
Probablemente estoy siendo demasiado ingenua, pero mientras me abraza y ríe sobre algo de lo que dice su hermana, se mantiene a mi lado hasta que la cena está lista y las galletas a punto, y yo simplemente no puedo evitar pensar en que esto, lo que ambos sentimos, es amor.
Nunca me había enamorado antes de Ben y estoy segura de que nunca volveré a enamorarme después de él.
Cuando ya está todo listo, Ben y su padre van a arreglar la mesa. Demi y yo tomamos asiento, una frente a la otra; ella me sonríe con afecto y yo le devuelvo la sonrisa. Nos conocimos hoy, pero por alguna manera que no puedo explicar, me siento aceptada por ella y su padre; ambos actúan como si me hubieran conocido de toda la vida, o como si esta no fuera la primera festividad que pasamos juntos
Harold coloca un gran pavo en el centro de la mesa, que también está llena de aperitivos, casi el triple para solo cuatro personas. Sin embargo, Demi me supo explicar que suelen hacer esa cantidad de comida para repartir a los tres trabajadores extra de la granja y, si sobra un poco, suelen llevarle algo a la señora Bradford, quien resulta ser una anciana solitaria que vive de aquí a tres granjas más al oeste y no celebra ninguna fecha especial, pero sus vecinos siempre le entregan algo de comida y le hacen compañía en algún momento del día siguiente.
Es lo más tierno que he escuchado en mi vida.
—Bueno —empieza el padre de Ben, tomando asiento en la cabecera de la mesa después de que Ben se haya sentado a mi lado—. Por lo que sabemos, eres escocesa y no celebras acción de gracias, pero estoy muy agradecido que hayas aceptado la invitación y hayas podido venir aquí. Muchas gracias por hacernos compañía.