*¡Nuevo capítulo todos los martes y jueves!*
Un encuentro, una mirada, una voz, solo eso es suficiente para que alguien se meta en tus venas y se convierta en todo tu mundo.
El estoico Ben Danner ya tiene mucho con lo qué lidiar en su vida; una vid...
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Aeryn
Sabía que, una vez me entregue a Ben Danner, él tendría el poder de romperme el corazón, solo que no pensé que sería tan pronto.
Me desperté esta mañana en una cama vacía y fría, a excepción de Magdalena, quien me aplastó durante la mayor parte de la mañana hasta que se aburrió y se fue a usar su caja de arena en su habitación sanitizada.
Cuando se fue, me permití llorar. No tengo idea de por qué lloré, solo me sentía muy mal de haber despertado sola después de pasar la mejor noche de toda mi vida.
Me siento terrible.
Haber tenido sexo con Ben fue algo irreal y perfecto. La manera en que su cuerpo encajaba con el mío era hermosa, y no quiero entrar en detalles de todo lo que sentí mientras me besaba, mientras me acariciaba y me adoraba como si fuera la mujer más hermosa del mundo. Me sentí increíble con cada toque, con cada beso y cada caricia. Fue sexy, salvaje y perfecto.
Y en verdad pensé que se quedaría, o que por lo menos se despediría antes de irse.
Jamás me habían hecho todo lo que él me hizo anoche. Jamás me habían devorado de esa forma, de hecho, nadie se había atrevido a besarme ahí abajo, pero él lo hizo como si amara mi sabor. Después me folló como nunca nadie lo había hecho, con dulzura y dureza, una perfecta mezcla de ambas cosas que lograron hacerme sentir como si pudiera alcanzar las estrellas con la punta de los dedos.
Pensé que nadie podría hacerme venir tan fuerte, que solo yo conocía mi cuerpo como para poder llegar a tan increíble placer, pero anoche lo hice dos veces, en dos orgasmos demoledores que me quitaron la respiración y él lo hizo lucir como si hubiera sido fácil, como si yo lo hubiera hecho todo el tiempo.
Fue la mejor noche de toda mi vida.
Pero él se fue.
Las inseguridades que tengo sobre mí misma no son demasiado grandes, pero no han parado de aparecer desde que me desperté en la madrugada, con sábanas frías y sin su ropa en el suelo.
«¿Acaso no le gustó?»
Sabía que no era su tipo, sabía que él prefería rubias, altas y delgadas por encima de alguien como yo.
¿Se imaginó a alguien más para poder terminar?
Hago una mueca y las pinzas de cabello se detienen en el aire, mientras observo a mis ojos llenarse de lágrimas otra vez, a través del espejo.
No debería tener esos pensamientos tan horribles. Ningún hombre vale lo suficiente como para llevarse mi paz mental, pero no puedo evitarlo. Al despertarme sola, lo primero que pensé fue en que no soy lo suficientemente bonita como para haber dormido con Ben Danner.