Segunda parte: El final del azul

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20. Diamante en bruto

Caminan por los pasillos de la universidad a paso lento

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Caminan por los pasillos de la universidad a paso lento.

Sólo puede observar como Dalí se deja consumir por la ansiedad.

—Sólo tengo que subirme, hacer lo que ellos me dijeron. Subirme, hacer lo que ellos me dijeron. Subirme y—

—Dalí —lo llama—. ¡Dalí!

—¿Sí?

—Cálmate.

Dalí parpadea un par de veces.

—Has estado ansioso toda la mañana desde que salimos de casa.

—Lo siento, es que estoy nervioso. La verdad es que estoy muy nervioso.

—No te disculpes, es muy normal, pero dentro de unos minutos tendrás que subir y manejarlos. Todo va a estar bien, con tu talento y todo tu empeño te va a salir más que bien —mira al chico con ojos dulces—. ¿Es que aún no crees que estás aquí?

Obliga a Dalí a mirar más allá de su rostro, mostrándole el panorama con su mano.

Están dentro de la universidad más importante de música de su estado, y no son los únicos. Hay personas a su alrededor, tanto adultos como jóvenes. Son muchos más de lo que ambos se esperaban, pero entre tanta gente, están ellos, a fin de cuentas.

—La verdad es que no me lo puedo creer todavía. No me acostumbro al sentimiento de nervios cuando voy a tocar en los restaurantes, menos en algo como esto.

—Pero es real. A ver, dime que es lo que hacemos aquí.

Dalí lo mira dudoso, pero él está seguro de lo que hace, así que le hace caso.

—Estamos en la universidad de música de mis sueños desde que tengo conciencia de ella.

—¿Por qué estamos aquí? —le pregunta a Dalí.

—Porque hace dos meses me registré para pedir la solicitud de ingreso —Dalí comienza a reír divertido mientras avanza en su charla.

—¿Y que pasó después de eso?

—Me aceptaron para intentar la prueba de admisión.

—¿Y cómo es esa prueba?

—Bueno, aquí es un poco diferente. Hoy no es la prueba, es más una presentación de los interesados. Hoy sólo nos presentamos con unos papeles para la documentación, y nos piden que cantemos el himno de la universidad. Según ellos eso no va a afectar a la prueba de admisión, pero que les gustaría ver con que se encontrarán en la prueba.

—Y se van a encontrar con un maravilloso artista y un grandioso chico.

—Gracias.

—¿Aún sigue pareciéndote falso?

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