—Hoy haremos una actividad bastante divertida —explicó la profesora—. Les daré a cada uno una hoja donde van a escribir como se sienten hoy y harán dibujos alrededor, pintar, escribir, lo que ustedes quieran.
Todos los niños estaban emocionados. Le recordó las actividades que hacían en el jardín de niño, y quizá si no tuviera días pensando en lo que sucede en su casa estuviera más emocionado. Todos dibujaban y pintaban, pero él no sabía que hacer. Tenía la pintura a un lado, y al otro tenía los lápices de colores. Se quedó mirando la pintura azul. Hay algo en ella, una profundidad que no entiende, pero tenía la percepción de que el color sí lo entendía a él. Es un azul opaco, como si estuviera cargando cosas en sus hombros. Es como si el azul y él fueran los mismos. Tomó la pintura y empezó a escribir con el dedo índice. Los pinceles no son necesarios.
—¿Te sientes azul? —su madre movió la hoja en la que él había dibujado, o mejor dicho, escrito "Me siento azul".
—Sí.
—¿Me lo puedes explicar?
—Sólo me siento azul. ¿Está mal? —bajó la cabeza.
—No. Todos nos sentimos azul en algún momento en nuestras vidas. ¿Por qué no me cuentas como te va en la escuela? —ella sonrió.
—¿Eso qué tiene que ver con la hoja?
—Puede que tenga o no que ver con ello. Ven. Siéntate conmigo. Déjame explicarte algo, ¿quieres? —se subió a sus piernas mientras le acariciaba el cabello— Sabes que soy pintora, ¿verdad?
—Sip.
—Bueno, nosotros los pintores no usamos los colores porque sí, cada uno tiene una función y un significado. Mayormente los usamos para representar emociones y sentimientos.
—¿El amarillo qué es?
—Depende de la persona, pero usualmente es considerado como el color para representar la alegría.
—¿Y el azul?
—El azul usualmente es ligado a la tristeza. ¿Te sientes triste?
Se queda callado por un momento. Luego asiente.
—¿Por qué? ¿Te pasa algo, bebé?
—Estoy asustado porque tú y papá pelean mucho. Y hay muchas cosas que son raras.
Su madre se sintió culpable. ¿Cómo es posible que haya sido tan descuidada con él? Es un niño, y aunque su mente no está del todo desarrollada, ve y observa todo. Él no debería estar sufriendo por lo que pasa en casa. Lo abrazó con fuerza.
—No tienes porque preocuparte. Lo que pasa entre tu padre y yo, es entre tu padre y yo. No tiene nada que ver contigo.
—¿Y lo que pasa entre papá y Abel?
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Sentirse azul
Novela JuvenilLa vida suele ser complicada para todos, y Aciano y Dalí de 20 años no son la excepción. Aciano no puede estudiar la carrera de sus sueños porque trabaja sin descanso alguno para pagar la enorme deuda de su casa, y así proteger lo único que le da s...