Estaba sentada en la barra de la cocina y miré de reojo el cielo oscuro afuera, antes de volver mi atención a Esme, quien lavaba platos.
—Me gusta mucho el mármol, pero tiene un acabado tan resbaladizo que creo que no sería bueno para el baño —se giró hacia mí, secándose las manos—. ¿Qué piensas?
—No lo sé —murmuré, hojeando el catálogo de muestras, que pesaba una barbaridad para ser un libro. No era decoradora, pero Esme parecía querer que lo fuera. Examiné las páginas con atención—. Este es bonito —dije en voz baja, señalando un azulejo de porcelana simple.
—Hmm —la voz de Esme sonó sobre mi hombro—. Sí, creo que podría funcionar, querida —Esme lo estudió un momento—. Quizá con algunos detalles de acento para darle vida. —La observé alejarse con el gran libro en las manos—. Oh, Alice debe estar lista en cualquier momento —me dedicó una pequeña sonrisa.
—No puedo creer que estemos saliendo tan temprano.
Nunca había pensado en las citas como algo que te hiciera levantarte antes de que saliera el sol, pero Alice quería estar en el primer ferry hacia Victoria. Y, por supuesto, había encontrado una opción más rápida. Llegaríamos allí más rápido de lo que le habría tomado llegar a Seattle en coche, incluso a toda velocidad.
Mi jefa me había dado el día libre apenas insinué que tenía planes. Solo iba a pedir unas pocas horas para no reducir mucho mi cheque, pero aparentemente mis planes le parecieron tan emocionantes que incluso ella pensó que debía empezarlos temprano. Iba a tener que preguntarle a Esme si podía lavar mi ropa en su casa; si, además, podía desayunar allí, tal vez podría ahorrarme el almuerzo de vez en cuando y aun así estar bien. Suspiré al pensar en cómo los vampiros me daban de comer en la escuela y en si empezarían a verme como un perro pidiendo sobras si no compraba parte de mi propia comida.
Cada vez me sentía más cómoda en su casa. Había pasado una semana desde que les conté sobre la impronta, y, aparte de algunas miradas curiosas de los diferentes vampiros cuando pensaban que no lo notaba, nadie me había dicho nada. Al menos, no a mí. Alice estaba siendo tan normal como le era posible, y estaba agradecida por ello.
El aire traía un aroma fresco, así que no me sorprendí al ver que mi vampira se detenía frente a mí.
—Ya comiste, bien —Alice tomó mi mano—. Me hubiera gustado que llegaras lo bastante temprano para hacerte el peinado, pero no podemos perdernos el ferry.
—Necesito dormir, ya sabes —le dije con una sonrisa suave, aunque ella no la vio porque estaba demasiado ocupada llevándome fuera de la casa—. Y necesito comer e ir al baño. No te olvides de que necesito agua, y tal vez hasta sentarme de vez en cuando.
—Sí, sí, tienes tus limitaciones. Entendido —me devolvió una sonrisa juguetona y abrió la puerta del coche—. Pero pensé que una loba grande y mala podría seguirle el ritmo a una pequeña vampira indefensa.
—Quieres decir la vampira más pequeña, ¿verdad? —Moví mi pierna rápidamente cuando ella cerró la puerta del coche de un golpe—. ¿La más enanita? —seguí hablando mientras ella rodeaba el coche para meterse al asiento del conductor—. ¿La más diminuta de las diminutas?
—Silencio, loba —dijo mientras se abría la puerta del garaje, y me reí apenas un poco.
Salió del garaje con confianza, y su coche se deslizó suavemente hacia la carretera. Sentí cómo mis ojos comenzaban a cerrarse lentamente y luché por mantenerme despierta.
—Duerme, cachorrita —oí un suave susurro y cerré los ojos.
******
Ya había estado en Victoria antes, por eso la había sugerido. Alice parecía tan emocionada que casi me pregunté si estaría dispuesta a saltar del ferry y nadar hasta la costa en cuanto tuviéramos el muelle a la vista. La miré y negué con la cabeza cuando no me veía. Ella quería que nuestra cita de compras fuera un éxito, así que haría lo que pudiera para que funcionara, incluso si eso implicaba controlarla para que no comprara como una mujer poseída.
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𝑳𝒐𝒃𝒂 𝑺𝒐𝒍𝒊𝒕𝒂𝒓𝒊𝒂 || 𝑨𝒍𝒊𝒄𝒆 𝑪𝒖𝒍𝒍𝒆𝒏 (𝒈𝒙𝒈)
FanfictionUna loba establece un profundo vínculo con Alice, pero esta conexión provoca que sea rechazada por su propia manada. Atrapada por la presión de su entorno, decide mudarse a Forks para asistir a la escuela secundaria. Una vez allí, el deseo de acerc...