Narra ___(tn):
Después de un día y medio en ese condenado autobús, por fin llegué a Seattle.
Bajé del bus y todo se veía como siempre. La misma estación con los mismos graffitis.
Tomé un taxi hasta mi viejo departamento.Subí sin llamar la atención, después de todo, el departamento ya no era mío.
Agradecí el haber guardado una llave.
La saqué y abrí la puerta. Adentro todo estaba como el primer día en que vinimos a vivir aquí.
Entré y dejé las maletas en la sala. Caminé hasta el baño.
Cuando entré, miré el espejo. Aún seguían ahí las inscripciones que Michael y yo habíamos hecho en un desmadre.
"Jirafa Duff, eres mío. Fuera perras. Ojalá se pudran. Las veré en el infierno. ___(Tn)" estaba escrito en la parte superior del espejo.
"___(tn) es súper sexy y sólo mía. Váyanse al infierno zorras y Cobra. Duff." Decía en la parte inferior.
La rabia que tenía acumulada en mi cuello, como ácido, logró controlarme.
Cuando pude darme cuenta, tenía el puño incrustado en el espejo, justo en la inscripción de Duff.
Pedazos habían volado y otros en mis manos estaban incrustados. Sangre comenzó a caer por mi brazo y por la pared, llegando al lavamanos, lentamente.
Quité lentamente el puño y revisé las heridas. No había ninguna de riesgo. Me di la vuelta y mientras caminaba lentamente, iba quitando y tirando al suelo vidrios con sangre y dejando gotas de sangre.
Caminé hasta la habitación de Michael.
Entré y comprobé que aún había unas pocas cosas de él. Tomé una camisa y la rasgué.
La até a mi mano para cubrir las heridas.
Caminé a mi habitación. Sólo quedaba la cama.
Me recosté en el suelo y miré durante un largo rato el techo.
Extendí mi mano hasta debajo de la cama y saqué la caja. La abrí y comencé a leer las cartas que Michael me había mandado. Las rompí a la mitad.
Miré las fotos que tenía con él y también las rompí, dejándome a mí en una mitad y a él en la otra. Después de todo eso nos reflejaba completamente.
Me paré y caminé de nuevo a la sala. Tomé mis maletas y salí del departamento rumbo a la casa de Jerry.Llegué unos 25 minutos después. La casa que antes tan hermosa se veía ahora se veía muy descuidada. Eso me daba mala espina.
Caminé hasta la puerta principal y toqué. Nadie salió. Tomé la perilla y la bajé para abrir la puerta. Cerrada. Recordé que Jerry me había dicho alguna vez que la puerta trasera siempre estaba abierta por si necesitábamos algo.
Caminé hasta llegar al patio trasero de la casa y abrí la puerta. Tal como el había dicho, estaba siempre abierta.
Me adentré en la casa.
La puerta trasera estaba en la cocina. Había vasos plásticos rojos tirados junto con botellas vacías de vodka, whisky, Jack Daniel's y otras tantas bebidas. Al parecer había habido una fiesta, pero esto no era reciente. Hasta había hormigas en los vasos.
Caminé por el pasillo. Los mismos objetos se encontraban a lo largo de el pasillo.
Llegué a la sala de estar, todo en condiciones deplorables, claro, las condiciones de después de una fiesta.
Caminé mirando todo a mi alrededor. Iba de espaldas cuando con mi pie golpeé algo duro e inmóvil. Me giré asustada y bajé mi vista. Había golpeado la cabeza de un pálido, frío y oloroso Jerry. Contuve un grito de susto. Sentí el olor desprenderse del cuerpo de Jerry, junto a él, moscas. Olor a putrefacción.
Tapé mi nariz con mi mano y me armé de valor para agacharme y ver la triste condición de mi amigo. Estaba boca arriba, sus ojos estaban blancos, estaba sudado y junto a su cabeza había una mancha de vómito. Él estaba muerto, sin lugar a dudas. Nadie podría haber matado a Jerry, él se llevaba bien con cualquiera que lo conociera.
Había una línea blanca en la mesa de café. Estaba a medias. Sin ser policía o forense ya había descubierto la razón de la muerte.
Tenía tres posibilidades.
Primera: Una sobredosis de droga, ya que la cocaína no era la única que se encontraba ahí, también había jeringas que conocía y usaba a la perfección.
Segunda: Tanto alcohol hizo que vomitara y se ahogara con su propio vómito. Era una forma de morir que se había dado en muchos músicos.
Tercera: Ambas. Al estar tan drogado quedó noqueado y al momento de vomitar no estaba consiente.
Con mi mano cerré los ojos de Jerry.
-Amigo, me abandonaste. Espero que estés feliz. Siempre fuiste una gran persona, pero...no creo que nuestros hábitos nos lleven más allá del infierno. Nos veremos algún día. Te besaría, pero no te has bañado en días.-dije a modo de broma. Tomé el teléfono y llamé a la Policía.
-Policía. ¿Cuál es su emergencia?-dijo una voz ronca al otro lado.
-Encontré un cuerpo en **** *********-di la dirección.-Casa de Jerry Cobain.-siempre me gustó el apellido Cobain. Jerry tenía un primo al que sólo conocía de vista. Se llamaba Kurt y llevaba el mismo apellido. Siempre pensé que ese chico tenía nombre de rockero.
-Ya se dirigen dos móviles hacia allá. ¿Puede decirme su nombre?-preguntó -Lo siento, pero no.-dije colgando. A las patrullas les tomaría unos 15 minutos llegar, por lo que me apresuré, tomé mis cosas y me dirigí rápidamente a la casa más cercana.
Supongo que recuerdan que Michael y yo éramos vecinos y teníamos una banda con Jerry y Matt a los 14 en su garaje. Bueno, su garaje no estaba lejos de aquí, de echo estaba relativamente cerca. Michael había buscado chicos del barrio para la banda, y como éramos vecinos decidí ir a mi antigua casa.
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Después De La Tormenta~Duff McKagan y tú~
FanfictionMuchos creen que la amistad sincera vence cualquier tormenta que se presenta entre las personas, que dura eternamente. Están MUY equivocados. Todo tiene fin, incluso la amistad más sincera y esta no es la excepción. Cuando ___(TN) Richards deja su...