Duff McKagan, yo...

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Duff y yo seguimos saliendo durante algunas semanas, obviamente con besos y cariños, pero no había nada oficial. Los pensamientos me estaban volviendo loca. ¿Qué pasaría si Duff solamente quería ser mi amigo y no sabía cómo decírmelo?¿Y si él me besaba y hacía todo esto por obligación?¿Y si es por despecho? Todas esas preguntas y otras miles más eran las que me atormentaban día y noche. Pero yo no sería la que se sentara a esperar a que mi mente se aclarara y la solución apareciera mágicamente como en las películas o que fuera Duff quien viniera a romper mis ilusiones, no, nunca nadie me conoció por creer en cuentos de hadas y películas románticas, lo que estaba pasando era completamente real y nadie, ni siquiera yo misma, tenía idea de lo que pasaría después de la siguiente "escena".
Tomé mi celular decidida a terminar con la presión que mataba a mi cabeza y marqué el inolvidable número.
-Hola linda ¿sucede algo?-preguntó su inconfundible voz del otro lado de la línea.
-Quería invitarte a cenar a algún lugar esta noche. Nada formal.-le ofrecí.
-Hace años eso lo hacían los hombres, no las mujeres. Pero está bien, yo acepto. Paso por ti a las 8.-dijo divertido.
-Está bien. Te veo en la noche.-me despedí y corté. Primera acción, lista.

Durante el resto día me dediqué a tocar y componer y a eso de las 7:30pm me dirigí a cambiarme. Dije que no era formal y por eso no me esmeraría en mi apariencia. Me puse unos jeans rasgados en las rodillas, una musculosa negra de Aerosmith y una camisa a cuadros azul, y mis Converse, claro.
Eso era lo bueno. A pesar de mi edad, seguía vistiéndome como una joven de veintitantos porque aún me quedaba bien, cuando cumpliera los 40 creo que consideraría el cambiar mi estilo.
Tocaron la puerta y supe que era Duff sólo por la manera de tocar. Abrí la puerta y supe que no me equivoqué. Estaba vestido similar a mí.
-¿Estás lista?-dijo después de darme un tierno beso en los labios que correspondí.
-Claro.-le sonreí.
-¿Tienes idea de a dónde iremos?-preguntó después de que salí de la casa y cerré la puerta.
-Había pensado en comida italiana.-le respondí siguiéndolo al auto y subiendo del lado del copiloto.
-Suena perfecto.-dijo sonriendo y arrancando el auto para ir al restaurante.-Estás algo pensativa.-dijo sin dejar de mirar el camino.
-Mmmm...tal vez.-dije sonriendo.
-Mmmm...tal vez.-me imitó.
-Yo no hablo así.-reí.
-Yo no...mira, llegamos.-dijo a medio imitar. Reí de nuevo y nos dirigimos al interior del restaurante.

La cena transcurrió normal, hasta que Duff me recordó lo que tenía en mente antes de invitarlo a cenar.
-¿Y a qué se debe este acto de caballerosidad, señorita?-preguntó con elegancia. Tuve que morderme el labio para no reír a carcajadas ya que él no era nada de eso.
-Quería hacerle una propuesta.-respondí de igual forma.-Escucha McKagan. Te conozco desde que nací y la verdad es que creo que jamás podré dejarte en paz. Este último tiempo ha sido de verdad grandioso a pesar de la gran pelea que tuvimos en el pasado.-Duff me miraba confundido pero con una sonrisa.-Has llegado a confundirme mucho y sé que no era tu intención, pero debido a las constantes preguntas de mi subconsciente, quiero aclarar todo para volver a dormir en paz. Duff McKagan, yo...yo quiero proponerte que seas mi puto novio teñido.-dije sin rodeos después de tomar aire. Duff me vió sorprendido y luego sonrió con picardía.
-Primero respóndeme algo ¿De qué hablas cuando dices que te confundí? Pensé que estaba más que clara la intención que tenía.-dijo sonriendo con una ceja enarcada.
-¿Entonces dices que en realidad no eres cariñoso por despecho o por lástima?-pregunté. Duff asintió lentamente sin dejar de sonreír con su estúpida y sensual ceja enarcada.
-Digo que hacía todo eso porque de verdad me gustas y también digo que sí quiero ser tu novio.-sonrió.
-Olvidaste "puto" y "teñido".-dije divertida y emocionada. Duff rodó sus ojos.
-Sí quiero ser tu puto novio teñido.-corrigió.-Y de hecho, tu repentina caballerosidad se me adelantó. Yo iba a pedirte que fueras mi linda novia teñida el sábado.-admitió.
-Te adoro, novio teñido.-dije y lo abracé fuertemente.
-Y yo te adoro a ti, linda novia teñida.-respondió y beso mi frente.

Y así fue como le declaré a mi mejor amigo de toda la vida mi amor por su teñida persona.


Después De La Tormenta~Duff McKagan y tú~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora