Capitulo 13: Los Angeles

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Acabo de llegar a LA. Ya bajé del autobús. Siento como sí llevara años metida ahí dentro. Verdaderamente me daba algo de miedo que eso haya ocurrido.

Caminé a un bar con mis maletas. Duff tenía razón, aquí está lleno de bares.

Me decidí por uno llamado The Roxy.

Cuando entré y me senté en la barra, vi un periódico. 21 de Julio de 1986. Mí miedo se esfumó al ver la fecha del periódico. Solo había estado dentro del autobús algo más de día y medio.

Okey ahora tocaba ir a ver Duff.

Me paré del asiento y estaba a punto de dirigirme donde estaba Duff. Pero había un problema.

No sabía en dónde carajos estaba Duff.

"Mierda, ___(tn) serás idiota! Cómo se te ocurre venir a LA a buscar a Duff sin siquiera saber la dirección. Dioos!! soy una estúpida" pensaba.

-Oye, al parecer eres nueva. ¿De dónde vienes?-me preguntó el barman de cabello castaño claro, ojos celestes, de estatura media baja y cara de loco 

-Ehmm...sí, vengo desde Seattle.-respondí.

-Wao, lejos. Hace unos meses también llegó un tipo alto y rubio de allá. ¿Cómo te llamas?-preguntó.

-Soy ___(tn) y ¿tú? Eh...¿sabes cómo se llamaba el tipo?-pregunté sin dejarlo responder. Por más mala que esa descripción fuera encajaba con Duff.

-Bueno, ____(tn), me llamo Andrew y sí, el tipo se llamaba Duff McKagan.-dijo sonriente.

-¡Es a él a quién busco!-exclamé.-¿Sabes dónde vive?-

-Vive a una calle de aquí, en la Sunset Strip, 5 edificios después de la esquina más cercana de esa calle a este bar, creo que el piso era el décimo.-dijo dudoso.

-Muchas gracias, Andrew!-dije girándome para irme.

-¿Acaso es tu novio?-preguntó.

-No.-reí.

-¿Y tienes alguno?-preguntó riendo.

-Nop.-

-Sí quieres uno, aquí me tienes.-dijo con una sonrisa seductora.

-Te tendré en cuenta.-dije dudosa pero riendo.

Ya estaba oscureciendo y me alegré de haber caminado rápido para llegar por más cerca que fuere.

El edificio era blanco y estaba algo sucio pero tampoco era una pocilga como en el que vivíamos antes.

Entré y como no había nadie en el recibidor subí por el ascensor con mis cosas hasta el dichoso piso 10.

Había 13 departamentos en este piso.

Decidí no golpear las puertas o era posible que descubrieran mí cuartada.

Fui a la puerta del primer departamento. Vi con mí ojo por el cerrojo. Estaba vacío, totalmente.

El segundo era una chica universitaria. Estaba estudiando en la mesa con muchos libros y un gato se frotaba en sus piernas.

El tercero era de una joven pareja, al parecer casados ya que había parte del pastel de bodas en su mesa.

El cuarto era de una pareja embarazada. El hombre besaba el vientre de la mujer.

En el quinto había mucho desorden y 5 chicos tirados en el suelo.

El sexto había un nombre y una mujer discutiendo.

En el séptimo había algunos instrumentos.

En el octavo había padres furiosos con una adolescente embarazada.

En el noveno había un hombre desnudo sobre el sofá, encima de él una mujer desnuda, pero dándole la espalda y sobre ella otro hombre pero de frente hacia ellos. Un trío. Un mugroso, asqueroso e incómodo trío.

En el décimo había un hombre golpeando a su mujer.

En el onceavo había una mujer dándole latigazos a un hombre, ambos vestidos con ropa  de cuero apretada y semi desnudos.

En el doceavo un hombre rodeado de mujeres desnudas.

Y en el último una mujer bailando en una barra de acero striper.

Mierda, este no era el piso.

Volví al departamento número 7 para mirar mejor.

Había un bajo negro. ESE BAJO. Ese era el bajo de Duff. Qué imbécil, recorrí todos los departamentos como estúpida y era este el condenado lugar.

Abrí la puerta lentamente. Registré la sala del departamento de paredes celeste pastel y muebles oscuros.

Lo primero que se veía al entrar era el sofá negro enfrentado con un televisor sobre una pequeña mesa de madera. Atrás del sofá una mesa de madera con 6 sillas. Algunos metros a la derecha, la cocina, era blanca y un poco sucia.

Detrás de la mesa había un pasillo.

En él estaba el baño, de color blanco y otras tres puertas.

Las revisé por los cerrojos. La última era la habitación de Duff ya que ahí estaban sus cosas. El departamento estaba vacío.

Excelente. Podía seguir con el plan.

Busqué en una de mis maletas y saqué una mermelada de color rojo. Desordené un poco las cosas. Tiré revistas, desparramé mis maletas, moví algunos muebles y abrí la mermelada.

Puse un poco en mis manos y las asenté en la parte de adentro de la puerta, dejándolas marcadas y a la puerta entreabierta.

Luego hice lo mismo en el suelo, en la mesa, el sofá y el refrigerador.

Desde la cocina, marqué un rastro rojo en el suelo hasta la habitación de Duff. Dejé su puerta abierta. Manché más mis manos y mí cara, un poco mí pantalón y mi pecho en mí camiseta. Escuché que unos chicos se acercaban por fuera del departamento y escuché la voz de Duff entre la de los otros.

-Vamos, Duff, de seguro su carta está en camino.-dijo una voz masculina.

-Espero que así sea, la extraño mucho y no vendrá hasta el próximo mes.-dijo Duff. Estaban hablando de mí, o al menos eso creo.

-No te deprimas, hermano, ahora nos vamos a relajar bebiendo algo, ¿te parece?-preguntó otro.

-Claro, que si.-respondió Duff.

Rápidamente me acosté en el suelo a unos 30cm de donde acababa mí rastro de "sangre" y cerré mis ojos como sí estuviera muerta.


Después De La Tormenta~Duff McKagan y tú~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora