Chillé de dolor. Jamás había sentido tanto dolor como el que sentía en estos minutos eternos.
El dolor físico más grande que puede sentir una mujer en su vida.
-Tranquila, amor. Todo saldrá bien.-decía Duff a mi lado tomando mi mano con fuerza.
-¡Ya viene!-gritaron delante de mí.
Me encontraba recostada en una camilla de hospital, rodeada de médicos y Duff. Habían pasado tantas cosas en los últimos 10 meses que es difícil enumerarlas, por lo que me quedaré con las más importantes. Primero, Duff y yo nos comprometimos el día de su cumpleaños. Segundo y aburrido para contar con detalles, nos casamos ese mismo mes por civil. Tercero, quedé embarazada y cuarto, estoy a mitad del parto de mi primera niña y princesa de Duff.
-Aquí está su niña.-dijo un medico entregándome a Grace. Grace Elizabeth McKagan, para ser exactos.
Sonreí al verla. Era hermosa y pequeña. Rubia, como su padre. Miré a Duff y le dio un beso para luego besarme a mí. Me sentía muy cansada pero colmada de alegría.
Duff cargó a la pequeña Grace en lo que me acomodaba mejor para amamantarla.Explicaré mejor. Duff y yo decidimos casarnos por civil para evitar los problemas de tener que organizar invitaciones, adornos, posiciones, fechas, atuendos y todo lo que conlleva una boda. Entonces nos casamos por civil con nuestros amigos más íntimos como testigos.
Al mes siguiente descubrimos que estaba embarazada y Duff comenzó a gritar como loco por todos lados que sería papá. En los meses siguientes al descubrimiento, preparamos mejor la nueva casa para recibir al bebé, además de comprar lo necesario. También descubrimos que sería niña y decidimos el nombre.
Y ahora, bueno, ahora alimento a la pequeña Grace con una sonrisa tatuada en mi rostro. La miro y veo a Duff, es inevitable. Es entonces que pienso que cuando tenía 10 años jamás me imaginé tener la vida que tengo, terminar casada con mi mejor amigo o ser madre de su hija.
La vida es tan malditamente extraña y cuando ves hacia atrás te das cuenta de que es muy corta.Una semana después...
Ya estoy fuera del hospital y acabo de hacer dormir a la Pequeña Rosa, como Duff la llama.
Es en verdad el mejor padre del mundo, está totalmente idiotizado por la pequeña, aunque no es el único, he de admitir.
-Yo la llevo.-dijo quitándomela de mis brazos y llevándola a la cuna en su habitación. Desde donde estaba, podía oír lo que Duff susurraba a la pequeña Grace.-Hola Pequeña Rosa, se que estás dormida, pero quiero que sepas que te amo y eres mi vida. Eres tan hermosa como tu mamá. Jamás dejaré que te pase nada.-decía Duff con susurros tiernos. ¿Quién+ no sonreiría con algo así? Era súper tierno.
Intentaba imaginar como sería Grace de grande y era otra de las tantas cosas imposibles que hay en mi vida.
-Yo también te cuidaré de todo, hijita.-Me dije a mí misma.
-¿Vamos a dormir?-preguntó Duff con una sonrisa.
-Vamos, pero quiero que hagamos una promesa.-le pedí con una sonrisa.
-¿Cuál?-preguntó intrigado.
-Intentaremos ser los mejores padres del mundo, a diferencia de los nuestros.-pedí. Duff sonrió.
-Claro que lo prometo.-me besó.
-También lo prometo.-dije sobre sus labios y volvimos a besarnos.
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Después De La Tormenta~Duff McKagan y tú~
FanfictionMuchos creen que la amistad sincera vence cualquier tormenta que se presenta entre las personas, que dura eternamente. Están MUY equivocados. Todo tiene fin, incluso la amistad más sincera y esta no es la excepción. Cuando ___(TN) Richards deja su...