Whisky A Go Go: La Traición

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Fuimos a la zona VIP donde Geffen estaba. Era una mesa más grande que las demás y estaba apartada, rodeada por plantas.
Nos sentamos y él saludó.
-¿Qué tal chicos? Mi nombre es David Geffen y estoy sumamente seguro de que tienen mucho futuro en la música. A mi discográfica y a mí nos encantaría tenerlos en el equipo.-dijo sonriendo.-¿Cuáles son sus nombres?-
Como habíamos acordado, Axl habló en nombre de la banda.
-Soy Axl Rose, él es Slash Hudson, él Steven Adler, él Duff McKagan, ella ___(tn) Richards y él Izzy Stradlin. A todos nos agrada la idea de formar parte de...su equipo, Geffen.-aseguró Axl.
-Eso se puede arreglar perfectamente. Aún así, tengo algunas condiciones que deberán cumplir si quieren entrar.-anticipó.-Querida, ¿podrías traernos unos tragos?-me pidió.
-Por supuesto.-accedí y comenzaron a pedirme.
Caminé hasta la barra y le pedí al barman los tragos que rápidamente preparó y me entregó en una bandeja.
Caminé de regreso donde estaban los demás y me detuve detrás de las plantas, donde no podían verme.
-Además, deberán sacar a la chica. En una banda de hombres no puede haber una mujer. Las mujeres no están hechas para el Rock and Roll, lo mejor es que intente iniciar una carrera en el pop. No todas son Joan Jett.  Además, no necesitan 3 guitarristas, es una pérdida de dinero.-informó Geffen. Mi corazón iba a mil por hora. No podían dejarme a fuera, debían decir que no.
-No...-balbuceó Duff.
-Duff.-lo detuvo Axl.-Piénsalo. No te estás separando de ella. Ella seguirá aquí con nosotros. Para todo hay que hacer sacrificios.-lo alentó Axl. Silencio.
-Está bien.-respondió Duff.
-Aceptamos, Geffen.-dijo alegre Axl.
Mi pecho ardía. Duff, mi mejor amigo, acababa de romper nuestra promesa. Se suponía que nos haríamos grandes juntos, maldita sea.
Dejé la bandeja en la mesa que estaba junto a mí y salí de aquel lugar, rumbo al departamento.
Si ya no estaba en la banda, no había por qué quedarme a esperarlos.

Subí las escaleras rápidamente. Entré en el departamento y caminé hasta la habitación que compartía con Michael. Después de todo ya no podía volver a llamarlo Duff.  Maldito traidor.
Junté mis cosas en aquellas maletas azules y volví a la sala. Tomé un papel y un lápiz y me propuse escribir lo que sería mi despedida. Siempre que escribía me sentía libre, al igual que en un concierto. Escribir era perfecto para expresar mis pensamientos y emociones incluso mejor que cuando hablaba. Apoyé el lápiz sobre el papel.
"Gracias por demostrarme que la verdadera amistad realmente no existe. Pensé que estaríamos juntos para siempre. Jamás creí que mi "mejor amigo" pudiera traicionar la promesa de un sueño compartido.
Adiós Michael.
Richards."
Tomé mis maletas y bajé por el ascensor.
Caminé hasta la parada de taxis y le pedí al hombre que me llevara a la estación de autobuses.
Así lo hizo y agradecí que los chicos aún no se dieran cuenta de que me había ido.
Para siempre.

Narra Duff:
-¿Dónde rayos está esa niña? Hace 20 minutos que fue por los tragos.-se quejó Geffen.
-Iré a ver.-dije parándome, seguido por los demás, salvo Geffen. Me dolía tener que sacarla, pero no tenía de otra. ¿Por qué no puede haber una chica en una banda de chicos? Ella sabe rockear perfectamente, mucho más que muchos grupos de hombres como los que hemos visto aquí. Quién entiende a las discográficas.
Cuando salimos de la zona VIP, nos encontramos en la mesa más cercana una bandeja con los 7 tragos que cada uno había pedido.
Corrí hasta la barra y llamé al barman.
-¿No has visto a la chica que tocó con nosotros?-pregunté desesperado.
-Sí, vino aquí hace como 20 minutos y pidió 7 tragos. Luego se los llevó hacia allá y creo que luego se fue.-nos contó. -Gracias.-dijo Axl mientras los demás corríamos. Axl se acercó a Geffen y le entregó el trago, despidiéndose.
Corrió y nos alcanzó.
-¡Maldición!-me quejé.-Debe de haber oído todo.-dije entrando al edificio y subiendo rápidamente las escaleras de dos en dos. El corazón se me iba a salir, tenía que estar aquí. Tenía la esperanza de encontrarla en el sofá, con las luces apagadas, viendo la televisión y con el ceño fruncido.

Entramos en el departamento y corrí a mi habitación al ver que ella no estaba donde la esperaba.
Mi habitación se veía más vacía. Las cosas de ____(tn) ya no estaban.
-¡Duff!-llamó Axl. Corrí a la sala.
Los demás me tendieron un papel que tomé y comencé a leer.
-La madre que me parió.-murmuré. Corrí hacia la calle y subí a un taxi que me llevaría hasta la estación de autobuses.

Narra ___(tn):
-¿En qué puedo ayudarla?-preguntó una mujer rubia detrás de la boletería.
-Uno a Seattle.-pedí terminando de desarmar mi trenza.
-Aquí tiene. Es el último del día.-me informó.
-Gracias.-dije tomándolo y dirigiéndome hasta el bus. Subí y le entregué el boleto al chofer.
Un par de minutos después el autobús partió.

Narra Duff:
Bajé del taxi y corrí hasta la vendedora de boletos.
-¿Cuándo sale el próximo a Seattle?-pregunté.
-Acaba de salir el último. Mañana por la tarde saldrán otros dos y luego por la noche.-me informó la vendedora.
-¿Llegó aquí una chica de estatura baja, cabello castaño en una trenza y ojos verdes?-pregunté.
-No, nadie con trenza desde hace horas.-negó.
-Gracias.-eso me dejó un poco más tranquilo mientras emprendía el camino de regreso. Tal vez aún está aquí, en Los Ángeles.

-¿Alguna noticia?-preguntó Slash.
-No. Pregunté por ella en la estación pero la mujer me dijo que no había llegado nadie con trenza desde hacía horas.-respondí.
-¿Y si se quitó la trenza?-preguntó Izzy, haciendo que la angustia volviera a mí. Golpee mi frente.
-Maldición.-me quejé.-Mañana viajaré a Seattle. Necesito que ustedes la busquen en la ciudad mientras yo la busco allá.-les pedí.
-Está bien. Nos dividiremos. Axl, tú revisarás toda la zona norte de la ciudad. Yo revisaré la sur, Slash la oeste y Steven la este. Hay que encontrarla, Los Ángeles tiene gente peligrosa.-respondió Izzy.

Aquí empezaba la búsqueda.

Después De La Tormenta~Duff McKagan y tú~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora