— ¡Jungkook!
El menor desvió la mirada a su alrededor buscando de donde provenía. Se escuchaba lejos y de alguna forma su mente no procesaba de quien podría tratarse.
— ¡Jeon!
Suspiró y trató de ignorar pensando que era su cabeza jugando una mala pasada.
Se fijó más en aquel hermoso caballo negro frente a él. Cepillaba su pelaje mientras que con su otra mano extendía un par de vegetales a su hocico para que se tranquilizara, era bastante furioso y no dejaba que nadie más a excepción de él y su madre lo tocaran.
— ¿Jungkook? —la voz sonó tras él con duda.
Al girarse se sorprendió de ver a aquel chico detrás suyo. Tenía cierto miedo de verlo, no porque fuera malo sino por el riesgo que corrían ambos al ser vistos. Él, por Taehyung y Hoseok por las demás personas.
— C-creí... —murmuró con la voz agitada— creí que no eras real —rió levemente sintiendo algo de pena. Su mirada fue hasta el rostro adverso observando como aquellos cabellos café se volvían dorados frente al inmenso sol y el tono carmesí en sus labios parecía brillar.
— Oh —sonrió apenado— lo siento, estaba muy... distraído.
— Ya veo, tuve que venir corriendo desde la montaña —informó— ¿Sabes donde puedo comprar algo para... crear... medicina? —desvió su mirada a su alrededor mientras mucitaba aquellas palabras.
Jungkook lo observó por unos segundos, su respiración seguía agitada, el sudor caía por los costados de su frente y la ropa blanca resaltaban sus facciones. Ahora que lo veía ahí, notaba cosas que la última vez no. Era un poco más alto y no podía entender como siempre andaba sonriente a pesar de lo que pasaba por su mente.
— ¿Jungkook?
— Oh, sí —entró en razón nuevamente— Debes ir por el camino que va al templo, al girar hacia la derecha a unos... 5 minutos podrás ver una carreta con flores, pasando ese lugar hay un establo, es del señor Mung, atrás de eso hay otra tienda, ahí venden verduras y cosas para comida, también vende hiervas así que ahí puedes comprar.
Hoseok lo observó con pena. ¿Qué debía girar a dónde? No conocía nada de lo que había en aquel lugar, por suerte conocía la iglesia y sabía que él estaría ahí.
Jungkook notó la expresión de duda en el rostro de Hoseok y suspiró con suavidad, comprendiendo que probablemente no había entendido las indicaciones.
— ¿Quieres que te acompañe? —ofreció mientras cepillaba una última vez al caballo.
Hoseok lo miró sorprendido, pero asintió con una leve sonrisa. No estaba acostumbrado a recibir ayuda, mucho menos de alguien como Jungkook, quien parecía estar en una constante lucha entre lo terrenal y lo divino.
— Si no es molestia… —respondió, aunque en realidad, una parte de él quería pasar más tiempo con el menor.
Jungkook dejó el cepillo en un barril cercano y le hizo un gesto para que lo siguiera. Caminaron en silencio por unos minutos, con Hoseok observando de reojo al castaño. Algo en su apariencia le parecía distinto hoy. No era solo el reflejo del sol en su cabello ni la manera en la que su piel se veía más luminosa, era algo más profundo.
“Se ve más… bonito de lo normal”, pensó, frunciendo el ceño inmediatamente después. Sacudió la cabeza, sintiendo un ligero escalofrío por pensar algo así de un hombre, y peor aún, de un hombre como Jungkook, tan devoto y recto.
— ¿Te encuentras bien? —Jungkook lo miró de reojo al notar su repentino cambio de expresión.
— Ah, sí, solo… me distraje —rió con cierta incomodidad.
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𝐒𝐀𝐓𝐀́𝐍 | Taekook
FanficEn el momento en que te pones de rodillas, sientes tus ojos llenarse de lágrimas y pides misericordia a aquel ser omnipresente sientes que todos tus pecados son bañados con agua bendita de las preciosas manos del "Señor". Ruegas por piedad y das las...