Capítulo 49 - Invitaciones

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- ¿Quieres uno?- dijo refiriéndose al café.

- No- le sonreí. - Demasiado amargo- le informé, mientras me sentaba en una de las mesadas de la cocina. Él se acerco a mi, lo rodeé con mis piernas y le di un tierno beso en la boca. Pero rápidamente se alejó para continuar con su café. - ¿Al final decidiste que vas a hacer de tu vida?- le pregunté.

- Seré jugador, si es que sobrevivo luego de decirle esto a mi madre- bromeó.

- Verás que te apoyará- le informé, bajándome de la mesada y acercándome a él quien se encontraba apoyado sobre otra de esas.

Lo rodeé con mis brazos y él comenzó a besarme el cuello hasta llegar a mi boca, se dio vuelta colocándome sobre la mesada. Pero antes de continuar, su teléfono sonó.

- Vuelvo a repetir, malditos aparatos tecnológicos- gruñó.

Ante su comentario, reí. Para dejarlo hablar tranquilo fui hacia mi habitación en busca de un short, así que abrí mi armario y saqué uno cómodo y de color blanco, una vez que me lo coloqué decidí ponerme a levantar las cosas que dejamos tiradas y tendí la cama. Luego de un par de minutos, Nick entró a mi habitación.

- ¿Quién era?- le pregunté terminando de acomodar mi habitación ya que no faltaba mucho para que mi tía llegara del hospital.

- Prométeme que no enfadaras- habló.

- Mientras que no me des razones para hacerlo- continué.

 - No lo sabía, te lo juro- comentó.

- Habla- le ordené, frustrada y enojada.

- Mi madre, ya había quedado que iba a ir a la fiesta con Jessica- me confesó.

- Es joda ¿Verdad?- continué.

- Eli...- siguió.

 - Vete- le ordené. - Lárgate- le pedí.

- Qué suerte que no dejaríamos que nadie nos separe...- me respondió.

- ¡TU MISMO LO ESTA PROVOCANDO!- grité.

- ¡Ha sido mi madre, no yo!- se defendió.

- Bien, dile que ya tienes cita- continué.

- No es tan fácil, ella y la mamá de Jessica además de amigas son socias- me informó.

- ¿Así que todo esto es por dinero?- le pregunté y él asintió. - Déjame decirte algo, ¡Tu madre es una maldita bruja!- continué.

- Cálmate- me ordenó. - Será lo que sea, pero es mi madre- continuó.

Es cierto, aunque lo piense no debería haberlo dicho. Pero estaba muy enfadada como para disculparme.

- ¡Eres un niño de mamá!- seguí.

- Te dije que no te enfadaras- me recordó.

- ¡Púdrete! - le grité.

- ¡No te enojes! ¡He dicho que no lo sabía!- continuó.

- Bien. ¡Lárgate con esa zorra! ¡Olvídate de mí! ¡Como siempre!- seguí, demasiado enfurecida.

- ¡Nunca te he olvidado!- me comentó.

- ¡Entonces cada vez que te abrían las piernas estabas pensando en mi!- grité asqueada.

- No mezcles las cosas- gruñó. - Tu me habías dejado- continuó.

- ¡Porque me habían obligado!- me defendí.

- Yo no lo sabía, no soy adivino- me recordó.

Sin decir ninguna otra palabra, le lancé la remera.

Enamorada del Jugador EstrellaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora