Capítulo 57 - "Monos en la costa"

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- Lárgate- le pidió mi tía.

- ¿Qué? ¿Esta mal decir la verdad?- continuó.

- Si no se retira en este preciso momento llamaré a seguridad- le respondió.

- ¡Olvídate de volver a ver a mi hijo!- me informó y se fue.

- Tenes que entender que está mal- me dijo mi tía.

- Lo sé- admití. – No es fácil estar apunto de perder a las única persona que te quiere- continué.

- Elizabeth- me retó.

- ¿Qué? Es la verdad- me defendí.

- Tienes que hacerte unos estudios- me informó.

(...)

Finalmente a la mañana siguiente, me dieron el alta. Algo que me alegro un poco, pero rápidamente se me borró.

Intente entrar para ver a Nick, pero su "madre" colocó unos guardias para evitar que Elizabeth Reed pase. No puedo detestar más a esa mujer, lo juro; de todas formas no pienso moverme de aquí, aunque una pared nos separe. Realmente, es la línea entre la vida y la muerte la que nos está separando...

Pero me negaba a pensar en eso y mucho menos a aceptarlo.

- Eli nos vamos a casa- me dijo mi tía. – Y no era una pregunta- continuó, imaginándose mi rotunda repuesta.

- No puedo moverme de aquí- le recordé.

- Escucha Elizabeth, no voy a dejarte aquí y menos para que cuando aquella vieja loca aparezca te diga muchas cosas. Así que tengo un trato, tú te vienes conmigo, descansas un rato, comes y te tomas tus medicamentos y luego veré la forma en que puedas entrar aquí, aunque sea sólo por un rato- me dijo.

- ¿Lo prometes?- le pregunté.

- Lo prometo- afirmó.

No muy convencida me levanté de la silla, algo adolorida por los golpes que había recibido, y tomé del brazo a mi tía ya que era la manera en la que más me sostenía.

El aire de la plena mañana me había llegado, produciéndome algo de frío alrededor del cuerpo. Pero era soportable.

Me subí lentamente al taxi que nos estaba esperando y así comencé camino a mi casa.

(...)

Estaba a punto de dormir una pequeña siesta para cumplir con lo que le prometí a mi tía, pero mi amiga entro por aquella puerta.

- ¡Hola!- entró sonriente.

- Hey- le sonreí levemente.

- ¿Te sientes mejor?- me preguntó mientras se sentaba al borde de mi cama.

- ¿Físicamente? No ¿Sentimentalmente? Tampoco- le informé y algunas lágrimas comenzaron a salir de mis ojos.

Lili, al notarlo me abrazó y así estuvimos unos segundos, en puro silencio en dónde podía sentir como mi corazón latía y mis sollozos por todo por lo que había pasado en tan poco tiempo.

- No puedo verte mal...- me susurró mientras nos íbamos separando.

- No me puedo sentir de otro modo- continué entre llanto. – Lo amo y no puedo perderlo- seguí.

- Tengo un plan para que lo veas- me informó. – Pero no es muy legal- me sonrió.

- ¿Alguno de tus planes son legales?- continué.

- Touche-me respondió.

(...)

Luego de que mi tía se fuera a trabajar, yo tenía que quedarme bajo los cuidados de mi buena y angelical amiga Lili.

Enamorada del Jugador EstrellaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora