Enamorada del Jugador Estrella

Epílogo

Finalmente, nada ni nadie, pudo vencer nuestro amor.

Los años pasaron, todos crecimos, algunos maduramos y otros no. Los momentos vividos quedan en nosotros para siempre, sean buenos o malos, para siempre.

Dejé los mejores años de mi vida en el secundario, aunque ahora no me quejo. Finalmente, ya conseguí mi título, decidiéndome finalmente por arquitectura, no muy diferente a lo que siempre soñé. Es inevitable, extrañar mi vida de adolescente, pero ya crecí.

Todos los hicimos.

De Jessica y Samantha sé muy poco, casi nada. Creo que ambas se pelearon y finalmente siguieron por caminos diferentes. Jessica es una de las modelos más lindas y ricas de la actualidad y está de novia con un famosísimo actor, aunque desde la televisión se le notan los cuernos.

Kevin y yo finalmente nos perdonamos. Aunque él decidió abandonar Estados Unidos y decidió irse a América Latina, y no sé nada más.

Lili y Liam, siguen juntos. Y no se si se lo esperaban, pero ya están casados y en la espera de un hermoso bebé.

Hace tiempo que no veo a mi amiga, ya que decidieron irse a New Orleans, sin embargo, no hemos perdido contacto.

Mi tía se enamoró de un tío de Damon, el doctor.

Es muy feliz y yo también lo soy.

Lo que depende de mí, tengo una vida entre las olas y la arena. Finalmente decidimos venir a vivir a Miami. Aunque todavía no hemos planificado nuestro futuro.

Me di una última mirada en el espejo.

El vestido de novia al estilo sirena y con toda la espalda descubierta, me quedaba bastante bien, además, hacía resaltar mi piel que actualmente se encuentra bastante bronceada. Los tacos aguja me estaban matando, pero simulaban darme una mejor figura.

Mi collar con la "E" no quedaba muy al tono, pero no me interesaba.

Los bucles dorados de las puntas de mi cabello, le daban el tono formal que completaba a este disfraz. Porque eso era, nada más que un disfraz.

Lamento haberlos hecho ilusionar, pero este vestido de novia es sólo un disfraz, un traje.

Y hablando de traje, que bien que se veía Nick.

- Realmente pareces un muñequito de torta- le sonreí.

- Tú tampoco estas mal- me dio un pequeño beso en los labios.

- ¿No crees qué es mucho para una fiesta de disfraces?- le pregunté.

- Te ves genial- continuó. – Permítame señorita- me comentó mientra me tendía su brazo, finalmente lo tomé.

- Gracias- seguí. Y comenzamos a salir del departamento.

Con mucho cuidado bajé las escaleras del departamento en el que ahora, a mis 27 años, me encuentro viviendo.

Bueno, si ustedes se preguntan cómo se lo tomó mi suegra... La respuesta es que, nada bien.

Y mucho menos que Nick siguiera estudiando lo que él decidió, dándole un final al "negocio familiar". Sin embargo, mi novio es su hijo, la única persona que le queda. No pudo enojarse con él para siempre, aunque a mí me sigue detestando.

- Vamos a tomarnos una foto a la playa- me dijo.

- ¿Estas loco? El vestido es blanco. BLANCO- le recordé.

- ¿Y?- me sonrió, con esa sonrisa que siempre me pudo y me podrá. – Por favor- continuó.

- Bien- acepté. Levante mi vestido y me saqué los tacos aguja para entras a la arena.